jueves, 25 de noviembre de 2010

Brindemos

Hacía una estación que no se volvían a ver. La última vez era verano. Todavía... Ella fue su invierno, o quizás él el suyo. Por fin solos. Rodeados por el ruido de las gotas que no cesaba pero tú y yo, al fin y al cabo. Yo, me quedé taciturna en ese momento. Él, pensaba en su teléfono, que no sonaba. Ella, te buscaba bebiéndose las noches de alguna ciudad. Nosotros, nos recorrimos la calle buscando el último bar que nos sirviera la penúltima cerveza. Nosotras, seguíamos sin coincidir. Vosotras, atónitas, permanecíais al lado. Vosotros, nos seguisteis. Ellos, desaparecieron y ellas, no salieron ¿Y tú? ¿Dónde estabas tú mientras escampaba?

Entonces se colaron en mi memoria los días lluviosos en aquel patio de colegio. Mientras el resto de los niños se resguardaba de las gotas en ese salón de actos viendo películas de final feliz, nosotros nos escapábamos. Vuelvo a olerte y a sentir tus manos apretadas por las mías convenciéndote y casi obligándote a saltar aquellas viejas rejas de hierro oxidadas que nos devolvían al mundo exterior. “Venga. No te lo pienses. No nos pillarán. Hoy será el último día. Lo prometo”, pero yo cruzaba los dedos y aquella escena se repitió los días lluviosos de otoño, invierno y primavera. En verano el cielo estaba despejado y no había clases. Esas vacaciones fui a Croacia y luego a Bosnia. A diferencia de otros años, me apetecía volver al colegio porque sabía que nos esperarían las tardes deslizándonos sobre la nieve y volveríamos a invocar a las gotas cantándole al cielo:
“Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
¡Que sí, que no,
que caiga un chaparrón!”

¿Cómo no me va a asustar el sol si fue la primera canción que me enseñaron? Ese año empezó con un calor insoportable y la sequía ocupó páginas enteras en los periódicos. Los días soleados nos fueron distanciando y cuando por fin esas dos masas de aire de distinta temperatura deciden juntarse para provocar una fuerte tormenta, apareces tú con ese paraguas. Todavía recuerdo el fuerte ruido de los truenos y el reflejo intenso de los relámpagos asomándose por las ventanas del aula. Tuve mucho miedo. Cuando lo abriste para evitar empaparte, me di cuenta de que ya no éramos dos niños. Yo, sin embargo, me había quedado un curso atrás a pesar de que los libros contenían nueva materia. No volvimos a compartir pupitre. Tampoco apuntes. Ya no repasábamos juntos la tabla de multiplicar ni nos repartíamos los libros que más tarde nos contaríamos. Por primera vez, suspendía matemáticas. Sin tus explicaciones, no lograba comprender los porcentajes. Era tu asignatura preferida y siempre nos ponías de ejemplo para que pudiera comprenderlos. Convertía las tardes en interminables fingiendo que no te entendía y tú repetías una y otra vez “Si esto es una tarta y yo me como el 40% ¿Cuántas porciones quedan?” Pusieras el ejemplo que pusieras, la respuesta siempre era el 60%. “El 60%” - me reía-. Ese número se clavó en mi memoria durante meses. Pero esos momentos se desvanecieron con el viento cuando apareciste con ese maldito paraguas. Una mañana me escondí en el baño y esperé a que todos se fueran al recreo para entrar en clase y destruirlo. Pensé que si lo rompía todo volvería a ser igual. Tú nunca me perdonaste y, al día siguiente, trajiste otro igual. Conocí a gente de otras clases para seguir mojándome los días lluviosos pero no era lo mismo. No me constipaba y le faltaban colores al arco iris. Cuando llegaba a casa, todas las noches desde que aparecí en esta ciudad, mi padre postizo me acostaba y me decía qué tenía que soñar según las vivencias de ese día. Cambié las reglas y durante semanas le obligué a decirme que tenía que soñar “volver a compartir pupitre”. “¿Otra vez? Ya lo soñaste ayer”. Yo, te seguía sin ver. Tú ni siquiera te dabas cuenta de que cada día entraba en clase con los ojos hinchados y rojos. Y lo peor, estabas tan adaptado y tan feliz con tu nueva vida... No te había visto antes sonreír tanto. Te preguntaba, le pasaba notas a mi amiga para que te las diera durante las clases de latín pero no recibí ninguna respuesta ni me diste la oportunidad de explicarte por qué te rompí el protector de agua. Evadías mis miradas y supe por qué no te querías sentar a mi lado. Todavía escucho vuestras risas mientras susurrabais “Ahí llega la loca hablando sola” ¿Con quién si no? Eras el único que daba sentido a mis palabras. Cuando cumplí 18 años me dijo que ya era mayor de edad y me amenazó con no volverme a decir qué debía soñar. Menos mal que al ver que los sueños se convertían en repetidas pesadillas lo alargó unos meses más. Hasta febrero. Me acuerdo porque, mientras me iba acostumbrando a no soñar, empezaste a faltar al colegio. Pensaba que estabas enfermo pero a la semana siguiente el tutor nos informó de que te habías cambiado de centro. Ése fue mi día uno. No respirar el mismo aire que tú, me asfixió. Para encontrarme recorría la avenida que unía tu casa al colegio. Me inventé que iba a clases de gimnasia rítmica para justificar cada día mi retraso. No volví a ser la misma. Ahí comencé a sentir que había llegado mi mayoría de edad. Yo tampoco era una niña ya. Llegó otro verano y después la universidad. Dejé de lado los números y empecé a dedicarme plenamente a la combinación de palabras. Cuando nada podía ir mejor ahí estabas tú, sentado en aquel bar, liándote un cigarro. “Demasiadas coincidencias para no ser de aquí” –pensé-

- ¿Qué dices? Si no me he movido ¿Estás bien?
- ¿Qué? -Cuando aterricé me di cuenta de que estaba pensando en alto –Perdona ¿Qué me contabas?
-Estábamos buscando el último sitio
- Es verdad. Por fin solos.
- Ya no. Vienen detrás.
- Demasiado tarde. Tenemos compañía.
- Vamos todos a este mismo.
-Brindemos

miércoles, 17 de noviembre de 2010

miércoles, 27 de octubre de 2010

Auto-defender-scribirse

Aquel final de mes, la monotonía volvió a marcar otro domingo de otoño más. Las hojas de los árboles seguían cayéndose sobre los suelos mojados dejando las calles resbaladizas, la señora seguía en el mismo puesto del mercado donde la dejé la semana pasada, los camiones de la basura seguían recogiendo los cristales rotos de la ruidosa madrugada, el vecino seguía discutiendo con el dueño del bar de al lado por exceder los 55 decibelios, los ceniceros seguían llenos de colillas y el camarero seguía fingiendo que recordaba qué desayunaba y volvía a ponerme la leche demasiado caliente. Entiendo que es complicado aprenderse que al cliente número 134 de la mañana le gusta el café con leche templada, desnatada y en vaso con una tostada de tomate, pero preguntar, todavía es gratis. Mientras espero mi no leche ardiendo y mi no pan con mantequilla, voy al quiosco de enfrente a comprarme mi sí periódico. Este domingo, El País Semanal está dedicado al recién galardonado Premio Nobel. El titular elegido para ocupar la página central de su entrevista es “La escritura es una venganza”. A priori no puedo entender por qué después de pasar 48 horas con un genio de las palabras y transformador de afirmaciones en acciones, el periodista decide resumir con esta frase la trayectoria de Vargas Llosa… Cierro la revista y viajo teletransportándome hasta Nueva York para entrevistarle ¿Qué pasó en la cárcel? ¿A quién odió tanto para crear el personaje de Leónidas Trujillo? ¿Quién era esa niña mala que tanto le hizo sufrir? ¿Conseguiremos que los hombres nos escuchen y lean a Flora Tristán? Y lo último….. ¿Seremos capaces de sentir el erotismo como Don Rigoberto? Cinco minutos después el café ya no arde y, entre sorbo y sorbo, empiezo a analizar esa frase que me perseguiría el resto del día. Escritura igual a venganza ¿Quién se venga de quién? ¿Las palabras que arrastramos contra nosotros mismos o nuestras plumas sustituyendo los cuchillos que decoran de negro las páginas en blanco?
Habían pasado tantos meses, días, horas, minutos y segundos, que cuando volvió a releer el manuscrito envuelto en ese cajón mugriento, cubierto de polvo, seguro que ya no se acordaría de quién se vengaba en su última novela. “A los periodistas les gusta preguntar por su origen, el por qué del nombre, quiénes son los protagonistas… ¿Qué les vas a contestar?”-le preguntó el editor- “La verdad. Que no me queda memoria. Pero no te preocupes. Los protagonistas responderán en mi lugar sus preguntas. Cuando se publique, recordarán probablemente quién seré, sabrán quién soy y no olvidarán quién fui”. Se imaginó cómo sería el gran día ¿Haría alusión a los que murieron pero le ayudaron mientras vivía? ¿Nombraría a los que ya desaparecieron y tanto significaron? ¿Seguirían existiendo los vivos que tanto le apoyan? ¿Mencionaría a su abuelo, a su madre, a su tía y al padrino? ¿Le reconocería su padre? No corren buenos tiempos y la literatura también es una víctima de esta crisis con la que muchos nacimos. La novela se retrasó y las petunias del otoño se transformaron en euphorbias con el frío del invierno. Los rayos del sol de la primavera deshicieron la nieve y salieron las petunias que desaparecieron con las margaritas blancas y el calor que ya anunciaba el verano. Cuatro estaciones comprobando las hojas una y otra vez. Creó su propia partitura de piano para que las palabras bailasen y modificar los posibles finales, que, posteriormente, se convierten en inicios. Principios debatidos en conflictos entre el pasado y ayer contra el mañana y después.
¿Y ahora?
Ahora la luz se adentra por los cristales iluminando sus ojos que un día decidió no cerrar
¿Y en este momento?
En este momento divaga sólo en la oscuridad desnudando sus recuerdos con su voz. Encoge sus manos de frío porque no quedan guantes que compartir, porque faltan manos que coger.
¿Y en este instante? Escribiendo para vengarse por Haberla devuelto la luz

miércoles, 20 de octubre de 2010

viernes, 15 de octubre de 2010

SSShhhhhhhh.... Silencio, grabando

3,2,1 y…… ¡¡¡¡Dentro plano!!!

Los mismos personajes interpretando papeles diferentes marcados por el tiempo que nos separó en la distancia. Sólo nos separan cinco calles del escenario real pero se puede disimular con el ambiente sórdido de este lugar. Antes de grabar, el director se dirige al regidor para indicarle las últimas instrucciones: “Dentro música, copas a medio beber, cigarros encendidos y conversaciones a medias; Atento el chico del fondo, tienes que estar listo para pasar en medio de los dos. Recuerda que antes de pasar por el baño, interrumpes su conversación, la coges de la cintura y le susurras algo al oído. Da igual lo que digas porque no llevas micro y no entra el sonido; ¿Están maquillados ya los actores de la primera escena?; Por favor, quítenle el vaso a esa chica, no hemos empezado a grabar y está llevando su papel al límite. Hasta que llegue, puedes abalanzarte sobre cualquiera de los figurantes. Cuando atraviese la puerta, directa sobre él. Bájese el escote. Si se queda sin energía le hemos dejado en el baño un frasco de afrodisiaco. Y no se preocupe, si le dice que no, siempre le queda su amigo. Usan el mismo perfume y le recordará a él; el chico de la barra, por favor no se disperse, lleva distraído todo el ensayo, cuando entre ella en escena que no se note demasiado que todavía la mira de reojo. Conténgase y cuando estén los dos, entonces sí, síguela con tu mirada, pero sólo en ese momento; Y usted, no la espere, quédese en la puerta mirándola a lo lejos mientras ella, en la otra punta, se recrea. Cuando se levante y se dé la vuelta, desaparezca. Sólo así, ella, reaccionará a su ausencia; ¿Ha quedado claro? ¿Alguien tiene alguna duda? ”. “–Perdone- interrumpí. Me he perdido en la explicación ¿Esta vez me voy o me quedo?”. “Haga lo que tenga que hacer? ¿Ha leído el guión?; Por favor, las chicas del fondo que se pongan las cazadoras. Fuera hace frío ¿Ha escuchado? Usted también ¡Póngaselo! No nos queda tiempo. Está a punto de amanecer y va a parar de llover. Sólo nos quedan dos tomas ¡Todo el mundo a sus puestos!! Maquillaje!!!! Échele en la cara un color más pálido. Tiene que hacerse la sorprendida aunque se encuentren a menudo”; “-Soy muy blanca. No hace falta-. Además este año no me ha dado el sol“.
“¡Cámaras, focos y…… Acción! Mójate el pelo cuando entres, está lloviendo. Ustedes entren ya en escena”; “-Hola- -hola-, -¿Qué haces aquí? -soy de aquí-, -¿Cómo te va? Bien. Te ha crecido el pelo-, -¿Qué tal-, -Bien. Terminando de grabar- - ¿No estamos empezando?,- No. Ya se ha emitido-“; “¡¡¡¡¡Corten!!!!! ¿Pero qué os pasa? ¿¿No se saben el texto? ¿Por qué se dedican a esto si odian los focos? ¿Me está escuchando señorita??? Siga con las pesas, tiene que parecer fuerte y estar armada cuando aparezca. No puede demostrar debilidad ni melancolía. No se olvide que él interpreta en su papel a un encantador de serpientes sin fondo. Al espectador le da igual que tenga corazón y sentimientos. Sólo lo sabe usted y eso le tiene que dar igual porque él no lo puede mostrar. Volvamos a intentarlo ¿Qué toma es esta? Tú acuérdate de arrodillarte y suplícale” ; “-¿Otra vez?-“; “Sí. Otra vez. Nadie dijo que ser actriz era fácil ¿No se da cuenta de que si él la ve bien se quedará? Y usted….. ¿No quiere eso verdad???
Comenzamos desde el principio la misma escena! ¡¡¡¡Acción!!!! Chicos vuelvan a abrir la puerta. Señorita es su turno. No se quede taciturna”; “-“Seguiré mi camino si me mientes y dices que me has querido. Sólo necesito tu aprobación. Yo a cambio, dejaré de deberte lo que nunca me has dado. Seguiré la luz del faro. ¿Así está bien?-“; “Pero… No se levante y usted no se vuelva a quedar callado. Aterrice. Estamos aquí ¿En qué está pensado? No se puede quedar en silencio. Llevamos meses ensayando esta escena ¿Se ha vuelto a quedar en blanco? ¿Y ahora por qué se va corriendo? ¿Has visto lo que has hecho?”; -“¿¿¿Yooo????-“; “¿Dónde está el director del casting? Me rindo”; -“Perdone-repliqué- Quiero rescindir mi contrato-“; “¿No le importa perder todo su dinero?”; “-No. Nunca lo tuve-“; “Firme este papel y no vuelva mañana”; “-Gracias-”.

jueves, 7 de octubre de 2010

Tocando la cima

-Te cambio 2 escalones por 19- Fueron tus últimas palabras antes de evocar al silencio.
-Pero ya estoy casi en mi casa… Llevo 94 y sólo me quedan 12 para abrir mi puerta-.
-Vives en el ático. Te sobran peldaños- Fue tu primera frase cuando recobraste la voz-.
Esperaba que me empujaras por las escaleras de nuevo a las mazmorras, pero no hizo falta. Con el roce de tu mano, descendí por la barandilla al estrecho pasillo de la entrada de ese antiguo Monasterio que estaban rehabilitando.
-No sigas. Conozco el siguiente frame-
-¿También has tenido un dèja vu?-
-Tengo varios a lo largo del día. Como ya los reconozco, me pellizco hasta arañarme para dejar cicatrices y poderlos contar. Si no olvidas, no existen los recuerdos. Ahora vete y gracias. Con tu regalo, tengo que sumar 17 escalones a los que me faltaban para llegar a mi casa-.
-¿Y si lo dejas para más tarde? Está a punto de llover….
Con mi cara de Aiffé, sobraron las palabras. Sin embargo, los temblores de mi cuerpo me delataron al enredarse la espada con la armadura. Cuando subí el primer escalón escuché tu portazo. 5 segundos después, y con 4 peldaños más a mi espalda, empecé a percibir un sonido distinto al de las campanas que suelen colarse por mi ventana cada mañana. Salí a la calle para averiguar de dónde provenía y te vi a lo lejos. Me escondí entre los coches para que no notaras mi procedencia. Me quité las zapatillas para no hacer ruido y recorrí el asfalto descalza tragando tu mismo aire y sintiendo tu respiración. Las notas sonaban cada vez con más fuerza y contenían palabras. Cuando diste la vuelta a la esquina me oculté detrás del árbol y me quedé quieta observando tus pasos y escuchando. Te seguí. El sonido era cada vez más nítido. Provenía de ahí, de ti, de mí. Me senté en el portal de al lado y soporté el descenso de las temperaturas que se iba apoderando de mis huesos. Abrí los tímpanos y cerré los ojos para volar y escuchar pero un ruido intenso y fuerte penetró de golpe en mi cerebro. No pude soportarlo más. Grité. Saliste y me viste. Estaba muerta de miedo. No sabía dónde estaba ni dónde podía ir. Los abrí. El pitido cesó y mi cuello sigue sosteniendo mi cabeza. No. No ha sido otro dèja vu. Las mismas marcas. No me he movido de casa.

viernes, 1 de octubre de 2010

La cuenta, por favor

100 horas sin respirar andando sobre arenas movedizas cruzando los límites entre la ficción y la realidad. Coincidimos cruzando la frontera entre el oasis, rodeado de cactus secos por la escasez de agua y los prados verdes, plagados de amapolas que envolvía la lluvia. Al anochecer, la luna llena nos reunió a todos bajo la misma cuadratura del círculo. No me puedo quitar de la cabeza a esa chica solitaria de mirada perdida, sentada en aquella piedra. No dejaba de asentir mientras pensaba con cara de desencajada. No movía ni un dedo, sólo la cabeza cada 4 segundos. Me recordaba a la chica cabizbaja de la estatua situada en esa calle ruidosa que ya dejamos atrás.
-No llegues tarde- le decía un chico. No sé de dónde salió pero llamaba la atención su intensa mirada que no aprovechaba observando únicamente sus pies hundidos por los granos de arena.
- Me retrasé, sí- susurraba ella-
-¿Qué esperabas?- le contestó mientras desaparecía entre la comitiva que le esperaba a unos 100 metros.
-Sólo 5 minutos- respondió haciendo uso de su instinto animal entre impulsos adolescentes indomables prendados de restos olvidados que volaron con el viento que nos envolvía al resto.
Me asusté. No la conocía pero parecía tan frágil…. Cuando me iba a acercar me hizo partícipe de su conversación -300 segundos, el mismo tiempo que tardé en encontrar vegetación en el desierto. Hola. Adiós. Hasta luego. No, nos vemos ahora, el mismo tiempo que tardé en saludar a los compatriotas. Cuando pisé su última huella marcada en la tierra, le vi dar patadas a los alambres que le impedían el paso-.
Se volvió a acercar. -Llegas tarde-repetía él despegándose de los brazos de ella que le envolvían. No entendía nada y aunque la buscara, no encontré la complicidad entre las miradas que nos rodeaban. Él la deseaba y sin embargo... se alejaba...
-LO SIENTO-. Su timbre de voz, temblaba.
Intenté separarme para no interferir en sus conversaciones pero antes de dar media vuelta, clave mis ojos en ella. Me vi reflejada en su iris y, sin despejar la mirada, no dude en darle voz a su conciencia: -Es fácil elegir la levedad para no asumir el peso de los actos-. Se enfureció. -¡Cállate! No entiendes nada. Lárgate-. -Lo peor de ser fantasma es que hay mucha competencia. No hay corazón, sin razón-. Me largué sin esperar contestación.
Estaba muerta de frío. El clima en el desierto es extremo. Los días son calurosos y las noches, heladas. Me fui a correr para sentir mis huesos, intentado no ahogarme. Despegaste y aterrizaste. Aquella historia me resultaba tan familiar…. Sus palabras no dejaban de perseguirme…. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.Le observé escondido detrás del algarrobo espiando el siguiente movimiento.
-¿Qué haces aquí?-
-Me mudé antes que tú ¿Recuerdas?-
-¿Cómo sabes quién soy? Te reseteé-
-¿Vienes?-
-No. Vuelvo-
-¿Otra vez?-
-No. Soy tu flashback-
-Ah… Entonces no dejes de asomarte a la ventana-
-¿Para ver el mismo cielo?-
-No. Las estrellas-
Salí andando, corrí, navegué, regresé en bici y cogí el avión. Cuando sonó el despertador, despegué….. Jueves. 09:45. 5 minutos remoloneando, sólo la tercera parte de un cuarto de hora. No puedo retrasarme. Me ducho. Me visto. Hoy, café en la estación.
La cuenta, por favor.
-Estás invitada-

martes, 28 de septiembre de 2010

2046

“Una vez me enamoré, pero ella me dejó. Fui a 2046, pensé que quizás estaría esperándome ahí. Pero no la encontré ¿Me amaba? Nunca lo averigüé. Quizás no debía saberlo. No puedo dejar de preguntarme si me amaba. (...)
-Quizás la respuesta es un secreto que nadie debía saber (...)
-Lentamente comencé a dudarlo. Tal vez la razón por la que no contestaba no era que sus reacciones fueran retrasadas, sino que simplemente ella no me amaba (...)
-Necesito verte. Si sigues pensando que no debemos estar juntos, dímelo con franqueza.
Ese día, hace seis años, un arco iris iluminó mi corazón. Aún sigue ahí. Como una llama que arde en mí.
-¿Qué sientes tú por mí? ¿Un arco iris después de la lluvia? ¿O… acaso… ese arco iris se borró hace tiempo? Espero tu respuesta (...)
-Cuando no aceptas un no como respuesta, todavía habrá esperanza de obtener lo que quieres
-(...) Si alguna vez quieres volver, te cobraré lo mismo.
-Cuando nuestros caminos se cruzaban, pretendíamos no vernos (...)
– No recuerdo hace cuánto estoy en este tren. Empiezo a sentirme muy solo...
– (...) El amor es una cuestión de tiempo
– ¿Puedes decirme lo que sientes? (...)
– El amor es una cuestión de coordinación. De nada sirve encontrar a la persona adecuada muy pronto o muy tarde
-¿Me amas o no?
-Tengo miedo a tu respuesta (...)
-Ella me pregunta si puedo cambiar el final de la historia.
-Veremos qué se puede hacer.
-Tal vez un día escapes de tu pasado, si lo haces búscame.
-En el amor no puedes traer a un sustituto"
Diálogos sueltos de 2046
Wong Kar-wai

jueves, 16 de septiembre de 2010

Reflejos a medianoche

Esta noche, tu silueta se ha fundido de destellos mientras dormía. Te he visto reflejado en el cristal. Confundí el sonido de las gotas de la lluvia asomándose, con tus movimientos trepando hacia el último piso. Te encontraste la ventana abierta y entraste. Te colaste sin preguntar. Necesitabas cobijo, resguardarte para no mojarte. Yo, contemplarte. Empezaba a preocuparme la idea de que hubieras podido resultar herido en la eterna batalla sin ganadores ni vencedores. Hacía días que el cartero no llamaba a la puerta ni dejaba noticias en mi buzón. Impaciente, necesitaba saber que no te habían disparado. No, todavía no. Al momento contestaste. Y en ese instante, sólo en ese maldito instante, deseé que no sería mala idea que empezaras a habituarte a aquel horror y a ese olor a mugre de las víctimas que vais dejando por el camino y desaparecieras entre el batallón. Cogí la botella vacía de la mesilla e intenté introducir el papel con tu respuesta para que las olas te entregaran mi mensaje, pero mi mano tiembla al desnudar tu nombre. Lo descubriste a través de mis ojos. Agarraste mi mano con fuerza y apretaste la otra en mi costilla para que no volara con el aire. Mantuve los cinco dedos inmóviles. Cerramos los ojos, nos arrastramos y corrimos cogidos siguiendo la luz que nos guiaba hacia el destino que eligiéramos. “¿Dónde quieres ir?”-Gritabas- “A Praga, por ejemplo”-"Arropaté que refresca"-añadiste-. Sólo teníamos que saltar dos nubes, saludar a la luna, sonreír al sol y escalar dos estrellas, para encontrarnos en esa enorme plaza frente a la estatua de Franz Kafka.
Tú también la viste ¿Verdad? Porque.... ¿Eras tú? …. ¿O lo soñé?

viernes, 10 de septiembre de 2010

Eclipse solar

Abro la ventana sin esperar tu llegada. Viniste. Me oíste.

viernes, 27 de agosto de 2010

Bailando bajo la lluvia (II)

Has logrado resucitar mi emoción con tu voz cantando nuestra historia

sábado, 21 de agosto de 2010

Transmission

Siento que no siento. Lo siento. Obvié sentirte y ya es tarde. Te fuiste sin despedirte y ahora, aterrizamos sin saludarnos. "Pienso, luego existo" ¿Es posible existir sin emociones ni ilusiones tangibles a tu lado? No hay policías ni ladrones a quienes denunciar su robo. Se desprendieron con el movimiento de las helices al despegar. Viajamos al otro mundo sin sobrecargar la espalda. No existe el negro, el blanco o el gris; no hay colores ni figuras capaces de distorsionar realidades sobrevolando las nubes. Dejó de llover y el sol no abrasa. Se acabaron las comas, los puntos suspensivos y las comillas que definían los estados. Sin dudas, no hay dilemas. La alarma anunció la huída. Y yo, sorda; y tú, antes de ayer partiste. Y yo, ciega; y tú, ayer desapareciste. Ahora paseamos ausentes para no mirarnos, hablando sin desearnos, sin temor a tropezarnos. Mía, sólo mía, y quizás, cuando regrese el color de la carta del Rey de corazones, tuya también para vencer la partida del solitario.

viernes, 6 de agosto de 2010

Primeras impresiones (no hay acentos en este abecedario)

Me detengo, miro y observo en la distancia. El mar turquesa que separa Europa de Asia me ha contagiado su transparenciıa devolviendome la claridad. Es tanta la riqueza de este lugar, que para no dar la espalda a mis cinco sentıdos y no perder un detalle, se me ha olvıdado mirar atras a pesar de los kılometros que he volado para descubrir estos rincones. Todo ha cambiado. He perdıdo las palabras que escribi formando frases ıntermınables pintadas de confusion en este vıaje. Se han ıdo con la brısa marına del sur del paıs. Aqui los minutos son segundos. No existe la prisa. Hasta que no se llene el autobus, no sale de la estacion. Si tienes que enlazarlo con el ferry y lo pıerdes, paciencia, llega otro. Aprovecha y mira a tu alrededor.

martes, 27 de julio de 2010

Bienvenido Paraíso

Las semanas y meses convertidos en segundos, se han disfrazado de noches y días sin fin. Soy incapaz de saborear tus imágenes cuando paso tan deprisa por tu lado. Necesito dejar de escuchar este ruido para poder contemplarte. Este breve paréntesis me ha alejado de ti. No salgo de casa para no verte. Aire puro, sí, pero no el suficiente para desenredar los nudos que arrastra la gran ciudad. Me cansa andar por tus calles respirando el humo que dejas en cada paso que doy. Tengo que depurarme para poder volver. Cambio mis bailes por la danza del vientre, temporalmente. He encontrado el escenario perfecto para alejarme, respirar y regresar. Todo es diferente. Viajo con maleta para traerte el aire de El Paraíso, el equipaje ligero, para que no me peses. No sustituiría tus atardeceres en tu Templo de Debod por la Mezquita Azul. Preciso re-ciclarme. Por eso te dejo sin decirte adiós.

miércoles, 21 de julio de 2010

Primera parada del verano

Sólo dos horas y a disfrutar de mi derecho a las vacaciones. No es un premio, es lo merecido después de meses ahogada por la adrenalina. Sólo un día para largarnos con el coche al desierto y abrasarnos sin quemarnos bajo al sol. Cuatro días son suficientes para desconectar del decorado de esta ciudad que ya empieza a saturar. Dejaremos las prisas en Madrid, lanzaremos las cenizas por la ventanilla para que se desvanezcan con el viento y nos olvidaremos de las ya no preocupaciones ¡Feliz día uno de premio! ¡Te lo has ganado! Primer destino: Alburquerque. Objetivo: estrenar el coche nuevo de gasolina sin formar una caravana que sobrepase los tres coches.
Bailaremos sin brisa hasta el amanecer para celebrarlo. Ni sexo, ni drogas ni Rock and Roll. Los 70 quedaron lejos por mucho que nos empeñemos en llevar pantalones vaqueros de tiro largo. Da igual que sea Post punk, Pop tropical, sólo pop, minimalista, powerpop…. Ahora se llama indie, “es el nuevo siglo, baby”-, si no sabes que está sonando, es indie; si lleva gafas y barba, es indie y si te pones de marinerita en vez de pirata, eres una “nena” pero indie también. Este año han tirado la casa por la ventana y se suma al cartel el grupo internacional The Pains of Being Pure at Heart, todo un privilegio poder recrear en directo mis escenas matutinas, antes de meterme en la ducha, bailando sus letras inventándome coreografías desafinando “Everything With You”. Por una vez, haré playback. El plato fuerte, y no por tirar hacia el territorio pero sí porque no me tengo que esforzar en traducir sus letras, todas las bandas nacionales que van a subirse al escenario rememorando las bandas sonoras de aquellos momentos inolvidables de nuestros días. Y cuando decaiga la noche llegan Ellos para recordarnos a los mejores. Nos ha costado un año planearlo pero lo hemos conseguido. No veías la ilusión que nos hace formar caravana para veros.

Regreso, breve paréntesis de tres días, cambio de maleta y candado. Me aseguro de que está bien cerrado. Bye, bye babys. De vuelta, me voy al país de los grandes contrastes. Creo que nos llevaremos bien.

lunes, 19 de julio de 2010

Un día menos

Cuento los días que faltan para olvidarme del asfalto de esta ciudad. Los minutos son horas sin fin que aumentan los segundos del calor acumulado. No me soporto. Ya quedan 24 horas menos para despedirme de estas calles interminables. Necesito olvidarme de tus semáforos, de los pasos de cebra, de las prisas, del transporte que tanto he admirado… Necesito dejar de ser un muñeco programado por los horarios impuestos que se mueve al ritmo de las curvas de esta ciudad. Mis neuronas se consumen poco a poco sobre los 40 grados que marca el termómetro.
Un día etiquetado en la partida de nacimiento, me ha bastado para viajar al exterior y darme cuenta de que el mundo no se termina en este pequeño círculo. Duró poco. Me asusté y volví corriendo. Recibimos titulares diarios a través de las redes sociales pero no sabemos absolutamente nada. Me llamó cuando se enteró para compartir sus saltos de alegría. Ahora Martina está a punto de separase de su placenta. Parece que fue antes de ayer pero no, han pasado ocho meses. Y aquí estoy yo… intentando convencer a mis abuelas de que evolución no es sinónimo de reproducción. Las relaciones interpersonales han progresado y se han llevado los valores con la globalización. Preferimos convertirnos en hielo para no mojarnos y derretirnos. Al final, nos consumimos igual. Sólo varía el margen de error.
Sigue sorprendiéndome cómo aunque paseemos por nuestras mentes de vez en cuando, lo exaltemos sólo hoy porque así lo marca la agenda. A veces ni siquiera recordamos los momentos vividos, pero no importa, cuando salta la alarma informándonos de que ha llegado su día, año tras año, nos esforzamos en destacar lo inexistente. Creo que no se acordaba de mi cara porque me nombró con un “morenaza”… Si mi palidez es lo más parecido que vio a un muerto y no sabe que he tenido una insolación….. Cerré los ojos para verle y mostrarle mi piel blanca pero como le esperé, no llegó ¿Es posible olvidar lo que no tuvo lugar? A cambio encontré la sorpresa no buscada. “Ah! ¿Pero qué no estabas en mi portal improvisando una versión inventada de Parchís?”. Menos mal que lo mantuve en borradores. Todavía me rio haciendo retrospectiva. Soy más que un simple apellido o que una triste palabra usada en esas letras cuando se refiere a “nosotras”. Por eso salí corriendo gritando al inmencionable cuando vi su sombra reflejada por la ventana de ese sitio donde solemos encontrarnos. Justo antes de soplar la vela. “¿Os lo guardabais para el final verdad?”. Eso sí. Todo bien. Con decisión, sin miedo, sin temblores y hasta el día siguiente que viste la luz por el cristal y te asomaste.
Observar que el ecosistema está formado por nosotros -organismos vivos- que comparten hábitat, refuerza todavía más, lo infinito de aquí dentro.
Por si no me acuerdo mañana, gracias por todos los momentos que nos quedan por vivir.

miércoles, 14 de julio de 2010

Si Bwanna........

Os quise, os quiero y os querré. Cada hora que pasa desde que ha sonado el despertador deseándome un feliz día, me voy quedando con una palabra menos que decir. Sobran… Hoy, no se las lleva el tiempo. Me lo mostráis cada día con vuestra compañía. Por eso estáis aquí aunque algunos os encontréis a miles de kilómetros. Sobrevivo que no es poco y sonrío. Siempre cerca derrochando energía para sacarme del agujero y entregarme al sol. No os importan mis defectos porque no me juzgáis. Ocultáis mi palidez bronceándome una y otra vez y sólo, a cambio de mi sonrisa. Felicidades a todos vosotros por dejarme crecer, madurar, marchitarme y florecer a vuestro lado. La levedad es mi consecuencia del peso no contenido.
He empezado la celebración del 221 aniversario de la Toma de la bastilla con mi siempre fiel Radio 3 escuchando a Sebastien Tellier, Roche. Y es que a mí me concibieron en París, aunque con los años mi madre, en una conversación muy seria, me desmitificó a la cigüeñita contándome que quien había ganado la carrera había sido yo. Sea mejor o peor, la vida hay que vivirla como una celebración: si no es lo que esperabas, porque hay que airearlo y echarlo al viento; si lo has conseguido, porque por fin llegó el momento. En mi casa celebramos todo, y yo, aunque cada vez menos partidaria, acepto ser Bwana compartida con mi Sister, por un día. Paréntesis de 24 horas donde los sueños se cumplen, licencia especial para desear y ser deseados. No es fácil: “Ten cuidado con lo que deseas porque podría hacerse realidad”. Es la ley más poderosa del universo y la física es infalible: causa-efecto, acción-reacción. No falla.
Es peligroso jugar con la ley de la atracción y con las señales aunque te pongan a prueba antes de despedirte de los 27. Andaba absorta con el i-pod intentando concentrarme para evitar que la suela de la sandalia se pegara al asfalto, subo la mirada y aparece sin buscarle. “Las mejores cosas suceden cuando menos las esperas”. No se equivocaba García Márquez. Así nos conocimos, sin esperarnos. No comprendo ni por qué elegí el camino más largo para llegar a mi destino si tardo menos por el otro lado de la calle… Supongo que será por mi inexistente orientación que ha vuelto a jugármela. Casualidad no es. Vivimos a cuatro calles. Aunque cuando me quedé sin aceite y sin sal no contestó. El azúcar no me gusta y en vez de vinagre uso soja.
Lo que no ha cambiado desde que he sumado los últimos 10 números es ser el primero en agradecerme haber nacido. Y eso que este año se retrasó 7 minutos porque no le funcionaba la tarjeta del hotel y cuando me llamó a miles de kilómetros con la resaca del acontecimiento considerado histórico para algunos, estaba agobiado por si se habían adelantado!! Te lo dije pero lo sabes, eres increíble por permanecer inmóvil a mi lado. Quisiste asegurarte por si me miran el móvil y no reconocen que eres tú el del número de tantos dígitos. Me regalaste un mensaje también. No te preocupes, dejaste rastro con tu nombre.


¡Viva la madre que me parió y vivan los paseos por las nubes que no dan agujetas mentales! GRACIAS GRACIAS Y GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Por ayer, por hoy y por mañana!!

jueves, 8 de julio de 2010

Un año sin título



La huelga de metro nos ha humanizado. Al principio corríamos empujándonos hasta lograr introducirnos en el vagón. Ahora, nos miramos resignados sin que nos importe rendir 10 minutos menos. Nos detenemos, observamos y analizamos inmortalizando momentos que se van con los metros que dejamos escapar. Somos uno más del TODO que forma el universo, una hormiguita que suma un número al censo. Algunos ni tienen ese derecho con la invención de las fronteras y divagan perdidos ocultando su identidad para no ser encontrados. Con papeles o sin ellos y obviando la raza, estatura, peso o color de pelo, compartimos andenes aireando nuestras almas heridas que escondemos trabajando, durmiendo, bebiendo, escribiendo o en los brazos de otro cuerpo perdido que busca el refugio inexistente. La sociedad que nos envuelve y nosotros que nos conformamos, tendemos a etiquetarnos erróneamente en grupos. Los sociólogos, expertos en asignaciones, lo denominarían "tribus emocionales". Hay quien se pasa años cargando el peso; otras personas aguantan horas, días e incluso minutos en desprenderse de él; otros, simplemente nos resignamos y aprendemos a vivir arrastrando los kilos sobre la espalda y comenzamos desde cero para elegir la levedad de la gravedad. Por eso celebro el no aniversario escuchándote después de meses sin recordar tu voz. Renegaría de mí misma si quisiera cambiar un sólo minuto. Soy la que fui, la que soy y la que seré: cuando arrancaste un trozo de cartón del paquete de tabaco, que más tarde colgaste en un hueco de tu corcho con mi teléfono, no sabía el vuelco que darías en mí. Cuando improvisé el juego de los dados y elegiste beso, sí. Cuando me tocó lanzarlos dejando la suerte al azar, te miré a los ojos y te dije: "atrevimiento". No fue el destino, fuimos nosotros. Hace días, tú y yo, comiendo perdices y finales felices. Que tinguem sort

miércoles, 7 de julio de 2010

My supergirls


Lleváis la vocal "a" en todos vuestros diminutivos. Sois diferentes porque nunca nos esforzamos en comprendernos. Llegamos sin esperarnos. Nos escuchamos sin pedir auxilio. Y estamos sin pedirnos permiso. No examinamos. No juzgamos.No explicamos para exigirnos aunque siempre encontramos solución. Sois el motor que me mueve hacia el mundo exterior. Andando cogidas de la mano hasta el infinito que han pintado para nosotras. Sois, este ARCO IRIS que alumbra la penunbra transformándola en luz.

lunes, 5 de julio de 2010

What goes on?



Bailamos. Sobran explicaciones. Borrón, cuenta nueva y marcha atrás. Eran sólo dos versiones y la elegiste. Ya me había olvidado de aquella canción. Ni siquiera recordaba tus gestos que tantas tardes quemaron. Jugabas con ventaja porque sabías que estaría. Mi instinto de la curiosidad y yo, acudimos. Por eso la tocaste. Mi cara era de asombro y tus nervios no ocultaron tu sorpresa. Se cayó la cerveza pero encontraste la mirada entre los ojos que nos rodeaban observando nuestros pasos. No había vuelto a escucharla. Durante unos segundos mi cabeza da vueltas acordándome de cantidad de imágenes borrosas que me vienen de esa cueva. Los suficientes para marearme al oir los primeros acordes. No pude soportar las arcadas y corrí al baño. Me seguiste y te plantaste detrás bajo su atenta mirada. Hubiera hecho lo que fuera por saberlo antes. Intentaste controlar mi mente entre silencios pero la encontraste vacía. Ya no me queda nada. Esperé durante días y ahora sé que nunca te marchaste. Sigues tocándola."-¿Dónde te has metido?"-"-No me he movido"-.  No fue ayer.... No..... Han pasado muchos días.... Sólo tenías que preguntarme. Por lo menos contestarme.  Aprendí a nadar mirando atrás y avancé siguiendo la luz del faro. Sobreviví al naufragio y cuando regresaste ya tocaba tierra. Mi costilla retumba con el sonido evocando aquel dolor pero ya no siento miedo. Estuve días inmovilizada. Me dejaste con la palabra en la boca y no sé que venía después. Ahora sonreímos cuando vemos el color que cada uno seleccionó para decorar su habitación. No hacían falta palabras. Estamos aquí. Saldamos la cuenta pendiente. Cuando recobré el sentido ví que estaba presentándote. Te admira más que yo todavía. Se hacía de noche y la penumbra me asusta... La luz ya no me deslumbra, me gusta broncearme con los rayos y si llueve bailo. Disfruto de todo lo que me rodea. Sabes que olvido fácilmente.  No te quitabas las gafas de sol ni para dormir y de repente ya no las usas. Yo sigo con la venda en los ojos para no verte. Cantamos, bailamos y olvidamos.  "Podéis ir en PAZ". "-"No hay ayer sin hoy"-"Ni hoy sin mañana". Somos lo que fuimos ayer, lo que sentimos hoy y lo que viviremos mañana.

Aprendí a no callarme para que no te arrepintieras de lo que no haremos cuando partamos. Nos ahoga el miedo al agua pero sabrás lo que siento y lo que perdemos. Sin suficiente nitidez, pero no me queda nada por decir. Aunque sólo quieras algo, entrego cada momento. Yo tampoco lo busqué. Llegamos sin esperarnos.Si me prohíbes ser quien soy contigo, tiemblo al quedarme y huyo. Es la cuerda que nos hizo coincidir en el sinuoso camino. Prefiero mojarme que resguardarme de la lluvia bajo los árboles sin saber que hubiera pasado si.... no me hubiera empapado.

miércoles, 30 de junio de 2010

Los 600 segundos más largos...

No sabía si era anómalo que aquella máquina empezara a sonar. Era la primera vez que me lo hacía. Nunca me han gustado esos uniformes blancos que le pedía a los reyes que me trajeran para jugar a auscultarnos con el vecino de al lado. "¿Cuántos años tienes?"-"27"-"Todo bien". Las mismas palabras que resonaron durante meses en mi cabeza cuando nada funcionaba. Lo leí mientras me mandaban a otra sala. "No te vayas todavía. Te esperan en el cuarto de al lado". Cuando salí de aquel edificio vi que sólo habían pasado 10 minutos. 600 segundos que invertí en amortizar mi tarifa plana con la poca respiración que me quedaba. Me ahogaba pero todo bien. Pasara lo que pasara, siempre he hecho lo que he querido y no me quedar con ninguna palabra en la boca. Me dio tiempo a cerrar la entrevista de hoy y a ponerles la carne de gallina mientras relativizaban. Intenté relajarme pero estaba muerta de miedo. "¿Ya?". Por fin mi turno. Entre risas hice uso de mi peculiar humor negro. "Son sólo 6 milímetros". ¿Qué significa eso en un cuerpo que apenas supera ya los 55 kilos? Y viniste para regarme, aunque no mis hojas, como otras veces que plantas sobre tierra. Por primera vez bajo tierra para que no viera y protegerme de lo que hay fuera. Sin semillas podridas, volverán a nacer. Florecerán. Lo sé.

lunes, 28 de junio de 2010

Gracias. Lo siento.

El reflejo de la luna llena nos convirtió en dos lobos desatados por la ira. "Continuará" -nos dijimos la última vez-. Me equivoqué una vez más pensando que el tiempo se encargaría de cerrar el episodio. Semana de intensidades ocultas desenterrada en el desgarro de la noche. Sólo buscabas mis ojos para arrancármelos. Placaje: desangrados y reconstruidos. Te rodeé de manchas que viniste a limpiar. Me subí a ese coche y no logré reconocer las calles vecinas. No llegué. Me metiste en tu agujero. La partida de rugby interrumpida continuó y y a medida que perdía, más indefensa me sentía. Intercambiamos golpes pero no tuvimos que lamentamos bajas. Cuanto más pequeña me hacías, más te gustaba. No. No es amor.
Por eso andamos hacia mi casa ese día. Tú, diferente; yo, especial contigo. Tú y yo rodeados de permanente felicidad compartiendo segundos y palabras que invento, dándoles significado. Ahora al oirte pronunciar lo que no quise escuchar le entiendo porque yo le dije lo mismo y él tampoco me oyó. Pesa... ¿Podré borrarlo si llega a ocurrir? Tú no me lo has reprochado. Me subí al vagón sin remordimientos.No sabía que era tan fácil ser feliz. Cerramos los ojos para mirarnos y los abrimos para no vernos cada uno en su rincón. Fue un desastre. No llegaste puntual pero llegaste a tiempo para volver a bailar bajo la lluvia. Empapados, sin paraguas y sin secador pero contentos ajenos a la oscuridad de la tormenta y saboreando la paz entre risas de absurdas historias de ranas. Disfrutamos introduciéndonos en nuestros pensamientos y acertamos adivinanzas. La complicidad es la forma que tenemos de entendernos. Colocaste mi mano sobre tu pecho y la tatué mientras dormías. Mi olor te pone a salvo. Me leíste la mente y regresaste. Nos resguardamos.La claridad insonoriza el ruido de la tormenta. Abre las alas y vuela. Vete... Nuestras mentes volaron al anochecer y no han vuelto al amanecer. Hoy, me voy con sabor agridulce esperando tus brazos.   

jueves, 24 de junio de 2010

Desde África sin skype

Cuando sonó la voz de Robert Smith despertándome, pedí con todas mis fuerzas cerrar los ojos y ocultarme entre las sábanas. Mi inconsciente intuyó que no sería un Gran Día. Última grabación de esta semana y los datos bailan en el aire. Seguro que el guión volvería a cambiarse cuatro veces y la última, entre gritos, antes de empezar a grabar. Pierdo el metro, el tren y llego tarde por segundo día consecutivo… Va a resultar que no soy tan asquerosamente puntual… Después de un salto apoyé mis piernas contra el suelo y… mierda! La izquierda…. Confirmado: esta vez mi consciente sabía que no iría bien. Todas son caras largas a mi alrededor así que la mía tampoco llamaba la atención. Es justo lo que necesitaba…. Energía negativa para sumarla a la mía. Mis gritos y saltos de fondo por falta de tiempo no se entendían entre los del resto….. 3,2,1 tranquilidad…. Todo está en su sitio y hoy va Ella con la última versión. Da igual que no hayan incluido las imágenes, el contenido esta íntegro. Paz y aburrimiento después de sobredosis de adrenalina. Para no dormirme adelanto lo previsto para la semana que viene pero no puedo concentrarme. Estoy desinspirada. El tren llega rápido, hay aire acondicionado, me gusta lo que leo… Gira el rumbo… y parece que a mejor… El timbre de abajo interrumpe mi soledad y sí!! Por fin ha regresado al mundo!! Hacía tanto que no la veía... Pasara lo que pasara, ya era feliz. Da igual si no escribe. En realidad fueron pocos días y el olvido a corto plazo es más fácil. Si le hubiera visto estaría empapada de lanzarme al mar, sólo faltaba un día. Además soy la mujer de hierro ¿Verdad? Aunque me quité el disfraz de guerrera por unos días ¿Ves cómo íbamos a necesitar la espada? Siempre hay algún malhechor por el camino que te intenta robar lo poco que te dejaron. Fueron capaces de que desconectara de lo que tenía que escribir al día siguiente, una mezcla perfecta con el equilibrio mental y corporal que me dejaron las clases donde aprendemos aplicar las técnicas del método Alexander. No sentía nada. Casi todos los miércoles mis piernas se mueven por inercia. Mi cuerpo relajado levita incluso subiendo las estrechas escaleras de mi casa. Y cuando estaba lista para cerrar la jornada en el mismo colchón donde la había empezado…. Suena The Passenger… Llamada. Ni se me pasó por la cabeza que fuera él… y no era. Miré el móvil y no podía parar de reír. Hacía pocos días que no sabía nada de ti… normal… nos separan miles de kilómetros… Eres increíble. No me saludaste ni con un “hola o qué tal”. Ponte el Skype!! ¿Me llamas desde la otra parte del mundo para pedirme que me ponga el Skype? La distancia entrecortaba tus palabras y me asomo a la ventana y fuegos artificiales en pleno centro de Madrid anunciando la noche más larga ¿Qué mejor forma de terminar el día que con quién empecé a vivir intensamente? Fue el primero en todo. Hubiera vendido mi alma a cualquier precio por asomarme y ver que 10 años después, seguirías marcando mi número de teléfono de forma habitual. El primero en escuchar mi te quiero que sólo he sido capaz de utilizar dos veces más y mal. Sellamos metas jugando con mi escayola en la piscina o nuestro primer trabajo en Londres rodeándonos de micrófonos en el Rey de las hamburguesas. Lo has conseguido. Hoy estás en la cúspide. Fue la primera vez que te vi llorar. Yo sin embargo, intercambié la lluvia de Inglaterra por mis ojos. No volvimos a ser los mismos y yo nunca volví a tirarme de un coche en marcha. Ya no éramos dos niños. Habíamos crecido. 18 años después, podemos decir orgullosos que estemos donde estemos, estamos. Ni en la distancia de los primeros meses separados, dejamos de ser esos misteriosos amigos.

miércoles, 23 de junio de 2010

And it makes me wonder…ohhh ooh



And as we wind on down the road
Our shadows taller than our souls
There walks a lady we all know
Who shines white light and wants to show
How everything still turns to gold
And if you listen very hard
The tune will come to you at last
When all are one and one is all, yeah
To be a rock and not to roll

Desde que me fui no había vuelto a escucharla y de eso ya hace tiempo. Justo desde que empecé a sumar días. Me he despertado bailándola y cantándola bajo las gotas de la ducha. No me la cantabas. Yo la interpretaba pero bajo los acordes de Jimmy Page. Si me das mi disco duro, te la devuelvo. Todavía no me he comprado el ordenador. Cuando restaba, por si volvías; ahora, por dejadez. Ya no recuerdo el videoclip que grabamos y editamos con imágenes consideradas hoy censurables. No apareces en la letra ni en las sombras. Siento el agua y me muevo al compás de las gotas. Planta tu escalera hacia el cielo. Obvia la retrospectiva de nuestros ojos tatuados aún en tu espalda. Coge la goma, borralas. Es más fácil en blanco y negro porque no dejan huella. Muévete. Hace tiempo que marcaron la salida y continuas sin pedalear. Tic-tac-tic-tac.... Los días pasan. Te distancias del pelotón. Sígueles o perderás. No me persigue tu cara ni tu voz plagada de reproches en letras de interminables noches. Bailo, rio, siento y salto. Seca esas lágrimas. Las necesitarás. Antes de irme me aseguré de dejarte la cuerda que nos unía tirando hacia ambos lados. No logramos equilibrarla. Mira el cajón de la mesilla. Ahí encontrarás la solución de los jeroglíficos descifrables que llevas tiempo buscando. Tus preguntas tienen respuesta. Sólo tienes que recuperarla, observarla y tirarla al fuego justo a las doce, ya será San Juan y ahí también se celebra. No te tortures. Sigue las instrucciones y el cajón estará vacío. Se resistió a cerrarse y aunque lo intente, para no dejarte en el olvido, el calor ha hinchado la madera y no logró abrirlo.“Te debo un baile, no una explicación”. Vuélvela a escuchar y disfrutala.

lunes, 21 de junio de 2010

Un día más

Regresa con tus manos abiertas y aprieta las mías con rabia para sentirte cerca. Rompe tu silencio. Grita. Patalea. Deja de torturarte. No puedo desprenderme. Lanza todo lo que guardas sin digerir. Si me arrepiento, mis palabras volarán con la evidencia. Mi instinto animal me ha arrastrado hacia tu escondite. Lo tenías guardado bajo llave y ha vuelto a suceder. Te he escupido con mi lanza salpicándome. Me esfuerzo. Lo intento. No puedo: llueve... Hablas. No escucho. Cuelgo. No comprendo tu idioma. Traduzco, recapacito, respiro.... Sólo era 1 minuto. Sólo 60 segundos.... No pintaré tu mente inocente de egoísmo.

Muévete y gírate. Estoy aquí. Dejo mis cinco sentidos fluir. No me escondo. Justo detrás de ti.

sábado, 19 de junio de 2010

Destellos desde el Faro

Impaciente espero colorear tus páginas en blanco. No te he etiquetado. Disfruto perdiéndome entre tus hojas y ahogarme entre palabras dándoles un único sentido interpretable. Ya no existen los días bizarros ni la pérdida de control del festival finito. Veo las señales que mandan desde el faro. Me gusta la luz que rompe la oscuridad de la noche. Regocijo de las olas que transportan mi cuerpo sin olvidar mi alma encontrada. No tengo prisa. No olvido. Puedo mirar atrás sin contaminarme del chapapote de la marea negra que he dejado pasar. El faro ilumina mi espalda y aunque salga de la barca para disfrutar del agua salada sobre mi cuerpo desnudo, floto y no me hundo. No es levedad, es el peso de los destellos, el que me orienta. Estoy aprendiendo a nadar. Interpreto los signos. No dejes de tocar esa canción. El mar me conduce hacia las notas de nuestra banda sonora. Ya llego.

viernes, 18 de junio de 2010

Dos en UNA

No sigas, cállate. Conozco esa expresión. Sé la frase que vas a pronunciar. El abrazo que nos vamos a dar. Distraigo la mirada para no ver esos gestos que no soporto y me concentro con esa canción para no escuchar más. Eres yo. Yo soy tú. Parto en dos el espejo cada vez que los reconozco para corregir el reflejo. Ser de nuevo yo… Suspiras porque no entiendes. No comprendo. Agujereo el suelo con patadas y continúo sobre tierra. Es inútil esconderse y plantarse. La materia que un día decidiste calentar usando ese molde tiene tú forma. Tú la creaste soltando la correa para que aprendiese a gatear. Fuiste testigo de mis primeros pasos. Me costó soltar tu brazo para no caerme y ahora me tiras al viento para que vuele. Me pierdo y me encuentras. Qué alivio… nunca nos hemos movido. Nos forma la misma esencia. Si te cortas, sangro contigo; si ríes, se abren mis pulmones. Respiro. Estamos aquí y no caduca. Sigues siendo yo, sigo siendo tú. Nuestro amor es perenne. Dura toda la vida.

jueves, 17 de junio de 2010

VIVO. No sobrevivo

Oscurece pero sigues siendo el Día. El fin no llega mañana. Vivir al límite, como si no existieras… Desenreda los alambres de la frontera que hieren nuestras pieles. Es un sueño que supera realidades nublando la enemiga superficialidad. Te fascina. Se te van las horas estudiando en mi anatomía cada lunar o señal buscando tu identidad que te distinga del resto. Es ficticio. No existe. Se va con el tiempo y se pudre. Son arrugas, experiencia y sabiduría: la esencia persiste. Sumérgete en mi interior. Si me buscas, lo ves. No te asustes, sigue, indaga... No demuestres cobardía, se huele. No huyas ni te rindas dejándoles ganar. Aprovecha la ventaja. Estamos en el punto de partida y no hay carteles de salida. Ya no sobrevivo. VIVO. No voy a arreglar el reloj de la cocina.

Te mueves al ritmo de las nubes que observábamos bajo el escenario que algún director diseñó en forma de ventana. Te has marchado. Has desaparecido con ellas. El sol da la bienvenida al nuevo día que suma. Recorro cada rincón buscando la oscuridad y la niebla que dejaron antes de moverse pero el tiempo se acaba. Mañana suben las temperaturas y viajarán a otro lugar formando ciclones. No sé dónde estarás ni qué tiempo crearás. Avanzo mirando atrás sin mi paraguas rojo para volver a sentirte. Sé que andamos para buscarnos aunque no nos encontremos. Nos aseguramos de clavarnos nuestros ojos en las profundidades. Llevo días sin comida, con la nevera vacía. A ti no te gusta cargar. No lo reprocho. Sigo repostando fuerzas, incapaz de tirar. Fluyo sobre nuebes. Sí pero me aguanto. Lo entiendo. Vivo en un quinto sin ascensor.

martes, 15 de junio de 2010

Viento.....

Volvemos a unir nuestras manos. Tus dedos no dejan de apretar los míos y me crujen los huesos del dolor que hasta ahora no sentía. Me miras y viajo. Me pierdo…. ¿Me ahogo y me pides perdón? Me aburren las palabras heredadas del dichoso cristianismo y no dejas de pronunciarlas.
Me olvidé del reloj. Hoy ha vuelto a salir el sol. No recordaba el calor que desprenden los rayos que me deslumbran impidiendo ver la luz. Prefiero la oscuridad de la lluvia convertida en nitidez. Existe. Yo la vi.
“No quiero que te apuntes ese triunfo” -10 segundos de silencio. Paréntesis (…)- Me coges, me sueltas y no me dejas marchar- “pero me encantas”. Necesito correr para sentir el viento. No hay ganadores ni perdedores. No se juega con las vidas. Sí, tengo que aprender a relativizar y a callar. Tú a hablar.
Inventar pensamientos ajenos pesa. Mi transparencia me impide reír. No tiene gracia. No intentes descubrirme ni cargar tu mochila con mi espada defensiva. Dejé de prestarla. Pocas veces duermo sin abrazarla. Ser mudo dibuja mentes en blanco y negro que borra el viento a su paso. No justifiques mis colores ni cosas todos nuestros errores. Somos arquitectos emocionales, no destructores.
Me espías porque lo sabes. Me observas. Alargo el tiempo. Mis palabras se entremezclan. Me voy. Me giro. Regresas.

Cierro los ojos para mirarte. Los abro para no verte.

lunes, 14 de junio de 2010

Bailando bajo la lluvia

Las predicciones meteorológicas han vuelto a fallar. Desde que ha despegado el avión no deja de acompañarnos esta maldita lluvia. Con la nueva reglamentación no he cogido la maleta para evitar facturar y en el bolso sólo llevo un bikini, un par de camisetas y un pantalón corto. Sólo son dos días. No necesito más. Cuando he bajado al portal me he dado cuenta de que se me había olvidado la protección solar pero por no subir los cinco pisos de nuevo…. He preferido comprármela ahí. Fin de semana de escapada. Dos días libres de huida y recuperación de aire. Lo que más me gusta de viajar y reencontrarme con esta ciudad es que por más que la piso, me siento una turista más. Siempre hay un rincón por descubrir. No deja de admirarme. El día que muera la incertidumbre no volveré a visitarla. No he traído tampoco el paraguas y por supuesto los gorros los he guardado con el resto de los abrigos.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de la lluvia. Cuando las gotas dejaban de empapar mi pelo, la echaba de menos. Me inventé hasta una coreografía para recorrer las calles plagadas de gente que cargaba su cámara de fotos para no perder ni un detalle. Me observan y miran atónitos el siguiente paso pero me da igual. Soy feliz. La frialdad que transmiten las grandes avenidas de donde procedo, me había hecho olvidar el placer de las pequeñas cosas ¿O son mis gafas de sol las que no me permiten observarlas? Las gotas de agua fría han despertado mis emociones. No hace falta irse a Nueva York para bailar bajo la lluvia.
No sé ni qué día es hoy ni qué hora es. Antes de coger el avión me aseguré de esconder el reloj en el bolso. Mi primera parada es el mercado. Es el reflejo de la sociedad y no hay mejor sitio para conocer a los habitantes de estos edificios interminables. No me había fijado antes en la cantidad de chinos que hay por estas calles. Los niños salen del colegio con sus mochilas y juegan a policías y ladrones en la plaza de al lado. Recorre un escalofrío en mi cuerpo. Sus caras me recuerdan a cuando era niña y se me olvidaban los deberes… temía volver al colegio el lunes y hasta era capaz de ponerme enferma para no ir. Debe de ser tarde porque está oscureciendo pero no me apetece regresar al hotel. Todavía no.
Me pierdo por los laberintos del zoco. Es aconsejable recorrerlos con un guía para no perderse pero no me apetece escuchar a un desconocido inventándose historias sobre esas calles. Me invade la curiosidad y atravieso el arco de entrada sin saber qué me puedo encontrar a esas horas. El factor sorpresa cubre los detalles que aparecen en la guía turística que ha escrito un tipo que ni siquiera se ha molestado en venir aquí. Así descubrí aquél bar ambientado en El Quijote. No era la única. Cientos de personas habían tenido la misma idea y había decidido salir a pasear para ver la puesta de sol. Ser capaz de controlar el timón me da paz y rozo la libertad.
Llevo horas andando por este lugar y las piernas empiezan a pesarme ¿Qué estará haciendo ahora? Le dije que se viniera pero tenía otros planes y quería descansar. No entendía nada de lo que me estaba explicando y me fui directa al aeropuerto. Hasta ahora no había pensado en ello. Aunque hablemos el mismo idioma es complicado entender y transmitir los pensamientos. Por eso elegí como destino la ciudad encantada. Quizás tenga razón la señora que me ha vendido estas nueces: “Tendrías que haber venido en septiembre”. “Ya”- le contesté- “pero hubiera tenido que privarme de muchas cosas por el mismo precio porque es temporada alta”.
Tal y como preveía me he perdido y cuando quiero poner el pie fuera, ya está amaneciendo. Es de día y los pájaros no paran de cantar dándole la bienvenida al nuevo día que no sé que me va a deparar. Necesita volar como ellos. No es fácil dar el salto a los aires. No nos engañemos. En el cielo también hay obstáculos pero hay que chocarse con las estrellas para vivir esa sensación. Yo estoy harta de experimentarla. No puedo cortar alas y arrastrarles para que sólo canten en mi ventana. Ya le costó bastante aprender a no tropezarse y abrir sus alas cuando volvió a nacer. Reteniéndole regresaría a lo alto y en dirección contraria. Sólo quiere piar ajustando las cuentas pendientes del pasado. Yo soy presente ¿Y qué hago yo en las alturas tan lejos de casa? Caerme sin dirección y sin paracaídas a sus brazos para pedirle que agujeree mi cuerpo con el cuchillo que guardó bajo llave y meta un imán que me impida moverme del suelo donde paseamos y dejamos la marca de nuestros besos decorando las paredes. Hoy puedes sacar tu espada.
Ya no soy la misma que ayer ni antes de ayer. Tampoco la que seré mañana. Lo que no ha cambiado desde que llegué es la lluvia. Cada vez me gusta más el sonido que deja en la ventana, un efecto especial que los de arriba han decidido incorporar para hacer la película que voy creando con las imágenes que voy grabando en mi mente. Cierro los ojos y hay color. Aunque no esté ahí te he guardado un trozo de esa empanada que te encanta. No tenía hambre pero he comprado dos porciones. El dueño de la tienda me ha prometido que se conservará hasta mañana. La envuelvo bien y la meto entre la ropa para que no se estropee. Llamo a recepción para preguntar la hora y otra vez se me ha hecho tarde. Corriendo al aeropuerto. Durante el trayecto intento descansar pero no consigo dormir pese a las horas acumuladas que llevo de sueño. Se han quedado sin mantas y el aire acondicionado tan fuerte, impide que pare de tiritar. Encima hay turbulencias y siempre me han dado miedo las alturas. Me mareo e intento ir al baño. No sabía la cantidad de formas que hay para expresar ese momento…. La que más me ha gustado ha sido la de la mano en la nariz. Anuncian que estamos a punto de llegar, que nos abrochemos los cinturones. 30 grados. De vuelta a Madrid. El sol ha escondido las nubes que provocan las tormentas. Ha dejado de llover. Antes de poner el pie en tierra vuelvo a cerrar los ojos. Escucho música. Regresa el color y vuelven las secuencias que dan sentido a las imágenes que no dejan de recorrer mi cerebro. Ya tengo la banda sonora.

viernes, 11 de junio de 2010

Equilibrista

No hay voces susrrando
¿Por qué dices sí cuando piensas no?
Nadie te ha preguntado.
El silencio se rompe
¿Por qué contestas con duda, Verdad Tintada?
Ansiada Paz.... Cuánto has tardado en llegar....
¿Después del infierno hay cielo?
Se oyen murmullos.
Manía especial te tengo, Locura.
No abandones las llamas que nos hacen levitar.
Sentada te observo. Me detengo. No entiendo.
Caen gotas de mi cuerpo ¿Ardes o tiemblas de frío?
Templada busco el fuego que no me das, para evitar quemaduras y heridas.
Envuélveme de pasión y no me pidas perdón.

miércoles, 9 de junio de 2010

Familia numerosa

Me pasé casi 10 años hablando con aquellos personajes imaginarios. Inventé una vida para cada uno de ellos. Es lo que tiene ser hija única. 17 años después, tiene diferentes nombres pero existen. Somos 5 hermanas: 2 son reales, compartimos la misma abuela y los mismos genes. Una sigue siendo la pequeña. La mayor, ahora es la mediana. Yo soy la mayor; la otra es mi alma gemela, nacimos hasta el mismo día y me protege siempre. Yo la llamo a cada paso que doy. Soy la pequeña; la siguiente es una mezcla de ficción y realidad. Es mi espejo del alma. Por eso se pasó tantas horas en el paritorio después de que la llevarán con el resto en un 600. Tardé pero salí. Todavía conserva ese mechón blanco, el primero. Es una nueva etapa. Estamos en constante evolución. Necesito adaptarme ante la nueva situación. Tú restas años, yo en cambio sumo. Me gusta tu sonrisa, tu cara siempre reluciente que disfrazas al salir para esconder tus lágrimas. No estás sola. Nos separan pocos años y nos encontramos en el mismo punto. Compréndelo, sólo necesito adaptarme. No es un paréntesis porque siempre estás ahí. Lo sé. Continúo cultivando tu cariño para que florezca con fuerza. Aunque ahora riegue el jardín con nuestras lágrimas, siempre serás lo más importante. Sólo cuando no hemos estado aquí hemos dejado de hablar.
Flik-Flak, Tachu-Ellas, Lois y Clark, Zipi-Zape, Thelma Y Louise…. ¿Por qué etiquetar si no tengo carné de familia numerosa? No importa si no hablamos cada día ni nos vemos más de un día a la semana. Seguimos en el mismo colegio, en la misma ciudad, en los pasillos de la universidad, en ese bar donde nos despedimos, en los corrillos donde compartimos tantas horas robándonos la mejor frase para empezar nuestra crónica o en esa guardería donde nos criamos. Es lo que más me gusta de ser de pueblo. Estemos donde estemos, crecemos cada día en nuestras mentes. Ese sitió nos unió y nunca nos ha separado. Me han convertido en el Yo que formo hoy, en el nosotros. Por eso dejé de desear soñar. Cada dedo de mi mano está sujeto a sus manos para no perdernos durante el viaje. Son realidad, verdad, transparencia, autenticidad…. Se mueven y rotan en la tierra pero nunca pisan. Sobra un meñique y un pulgar pero no quiero más. Dos madres, dos padres, varias abuelas,vosotros... Formamos una familia numerosa.
Sois el contacto exterior de mi mundo interior.

lunes, 7 de junio de 2010

Billete de ida

Nooooo!!!! No puede ser!!!! Me he confundido otra vez ¿Cómo puedo tener tan mal sentido de la orientación? Esto no es Valladolid, stoy en Madrid y hoy no es ayer. Ya ha empezado junio. La próxima vez compraré el billete directo. Tengo descuento del AVE pero hace poco que existe este trayecto y el taquillero sin preguntarme, me ha vendido el billete del tren turístico que para en estaciones. Me he ido hasta Guadalajara para volver a Madrid. Llegaré a las 20:00 en vez de a las 17:00. Me he quedado dormida a mitad de esta película horrible que tantas veces me han puesto. Me sé los diálogos de memoria y el final es predecible pero cuando me he despertadoeran las 18:30. Encima me he quedado sin cobertura. Intento concentrarme para que sepas que llegamos con retraso pero hay demasiado ruido. La pareja de al lado no deja de quejarse y luego me entero que piensas lo predecible. Normal, yo también hubiera vuelto a casa. Me voy a la cafetería para beberme una coca-cola y quitarme la misma cara de susto que cuando me levanto de la cama con el rimel corrido después de una noche de descontrol. Al volver me para y me dice que me reconoce. Al final le tengo que dar la razón. No respetó la distancia de seguridad que separa un asiento del otro. Lo peor es que nunca me han gustado las imposiciones y en vez de gritar, llamar al revisor o pedir la hoja de reclamaciones me dió por reir. Me entró tal ataque de risa que nadie comprendió que en realidad pedía auxilio y claro, el resto de los pasajeros ni se inmutó. Se bajó en la siguiente estación y no pude denunciarle. Seguro que al hacer ese mismo camino cada semana y resultar su rostro familiar le darían la razón. De repente miro el reloj y ya son las 19:30. Sólo queda media hora y estoy ahí. De vuelta a mi asiento le llamo con número oculto para que no escupa contra mí y cuando escucho tu voz se apaga el móvil. Esta vez la batería. Bajo la maleta para buscar y estrenar el enchufe del cargador pero con tanta ropa complicado. Cuando ya por fin desenredar el cable que se había enganchado en la cremallera del neceser. Menos cinco. La gente se empieza a avalanzar sobre mí para ser los primeros en tocar tierra firme y tengo que abortar misión. Cierro la maleta, vuelvo a colocar la ropa y salgo la última con una sonrisa. Por fin estiraba las piernas. Me fumo un cigarro y aunque llegaba 3 horas tarde. Observo todas las caras por si todavía una me llevaba hasta la suya. No estaba ¡Qué pasa con mis hoyuelos?? Mi poca melanina desaparece y de blanco paso a ser amarilla. Me empieza a picar la espalda y una señora se detiene observando mis omóplatos:
-"Creo que a usted tampoco le ha venido bien el polen"
-"señora, no me llame de usted. Tengo 27 años y no me miré así porque sólo él me pone la espalda colorada y no ha venido"
-"No quería ofenderte, pero de verdad... ponte esta crema. No tiene buen aspecto"
Me voy corriendo. Quiero llegar ya al hotel. lo primero que hago cuando entro en la habitación es cargar el móvil. Suena la canción de Manos de Topo: 2 llamadas y un mensaje:
-"¿Dónde estás?"
-"Eso me gustaría saber a mí. Supongo que buscando a Walt Disney para comer perdices"
-"Vamos a buscarte. Al final necesitábamos aire"
-"Estoy aburrida de estar en el vagón, pero bien"
-"Estábamos esperándote en el vestíbulo y ha aparecido..... No entendemos nada
-"Yo tampoco. Debería haber llegado ya. Lo único que sé es que hay una vía y no nos ha adelantado el tren de alta velocidad.
-"Seguro que no has pedido tú ese billete?"
-"Seguro. Pero si no vendía suficientes billetes le echaban al paro y me daba pena...... "
-"Pero si no le conoces....Piensa más en ti y en las horas que hubieras aprovechado. Ya no llegas a la cena pero sabes que nadie se va a sentar ahí. La mesa es de cuatro y está a nuestro nombre"
-"Lo sé. Os he ehcado de menos"
Salgo a dar un pase para que me dé el aire y un grupo de chicos no deja de perseguirme diciéndome burradas. No me hace ni puta gracia. Debajo de mis tetas hay un órgano que se llama corazón y que no deja de latir examinando sapos que aspiran convertirse en príncipes.
Regreso al hotel vestida de guerrera dispuesta a matar, y afilo mi espada ansiosa a que alguien acepte el duelo. Entro y allí estaba esperando quieto en mi cama sin juzgarme por no haberle avisado.
-Ssssshhhhh". me tapa la boca y... "no digas nada. No puedo quedarme esta noche pero sé que no tenías cobertura. Yo no tenía batería y no quería insistir. Cárgalo esta noche. Mañana te esperaré. Fluye.... deja de torturarte. No hay ayer ni mañana sin hoy. ¿Estoy aquí no?"
-"Yo también estoy aquí. No lo olvides por favor. Aunque te diga que estás en tu derecho, que lo entendería, no lo hagas".
-"Buenas noches. Descansa. Buenos días".

viernes, 4 de junio de 2010

En busca del alma perdida

Hacía días que no leía sus líneas. Le espié, le escuché y me descubrió recién salida de mi rincón. Esquivando obstáculos y prueba final. 

Del frío al calor sin pasar por la primavera. Me distraigo con sus palabras, pongo al sol mis neuronas y me inspira con sus canciones en el cuarto de al lado. De vez en cuando asomo mi cabeza para aprobar con notable alto sus notas pero percibo que acelero su ritmo cada vez que aparezco y sigo escirbiendo. A mí también me da verguenza después de lo injusta que fui. Me contagió sus malas vibraciones y transmití mi energía más sombría. Ha escondido bajo llave el cuchillo que estuvo a punto de destruirnos la pasada noche.

Me impactó ver a ese vagabundo tirado en la acera de esa calle que tanto solía pasar cuando me mudé de las afueras al centro de la ciudad. Se acababa de resbalar y aprovechó ese aterrizaje forzoso para sentarse. Esa mirada es lo más cerca que he estado de la muerte en los últimos meses. Rozaba el mundo de los que ya no están aquí.... Bebía cerveza y ni se inmutó de que le estaba observando en cada uno de sus movimientos. Se le marcaba cada uno de sus huesos electrificados. Tuve la tentación de recogerle, arraparle y abrazarle; susurrarle que todo bien, que no se preocupara. "Estoy aquí. Ya he llegado Preguntarle "¿Qué te ha pasado? ¿Cómo has llegado hasta aquí?". Demostrarle a gritos que es posible despejar el camino de las espinas, bailar con él bajo el sol para que sus ojos volvieran a brillar, enseñarle los colores de las flores que ya han dado sus primeros frutos. Ya no es hora de mojarse entre lágrimas ni lamentarse del atajo que escojimos lleno de captus. La autopista es más cómoda pero es aburrido conducir por asfalto. Si hay piedras se quitan pero caminar descalzos pisando el suelo lleno de escombros que nos marcan los pies de cicatrices, es autolesionarse (...) . Me acerqué un poco más a él clavando mis ojos en su rostro para conectar mi mente con la suya y transmitirle mis pensamientos. En ese instante supe que nos habíamos visto antes ¿Cómo era posible que hubiera cambiado tanto? Me costó reconocerle pero ya no tenía dudas. Era él. Él seguía sin recordar.... Yo continuo con la mirada del alma perdida clavada. De repente intenta levantarse de su rincón y veo a cámara lenta cómo al intentar incorporase vuelve a caerse. Intento recogerle pero cuando mi mano roza la suya, ermpieza a insultarme y a repetirme una y otra vez que estoy loca, que sólo se ha resbalado, que la culpa la tiene el vecino de arriba por regar a esas horas
- "¿Estás insinuando que no valgo por mí mismo?", me preguntaba....
-"Admiro su seguridad"-le repliqué. "Yo puedo con todo y no necesito a nadie. Por eso vivo en la calle. Sois todos unos mierdas. Jodida sociedad y jodido sistema".
-"Mentira. Estás compartiendo la calle con todos los que pasamos, formas parte del sistema te guste o no.
-"¿Quién te crees que eres para robarme mis palabras? Sólo quieres joderme el día"- me contest-.
Pocas veces me ha tratado así un desconocido. Fue precisamente eso lo que me atrajo de ese misterioso hombre. Me dejo llevar demasiado por las señales. Reto igual a emociones fuertes. Le demostraría a toda costa que sus afirmaciones no eran ciertas. Todo valía. No había normas. No fue fácil pero aceptó.
-Con dos condiciones- replicó. "Lealtad y siempre prevaleciendo el nosotros a las circunstancias. ¿Lo tomas o lo dejas?"
No entendía nada pero "trato hecho".
Dos minutos despúes se le cayó el periódico a una señora que pasaba ahí y claro.... con lo torpe que soy me fató tiempo para besar el suelo. Ni se acercó para ayudarme pero no se lo podía recriminar. No formaba parte del acuerdo. Además yo era invencible ¿No? Cuando casi estaba de nuevo en pie me sujeté en su hombro y boom...... su cuerpo arrojado en el suelo.... 2-1, pensé.
-"Al final vas a ganarme" le dije entre risas pero mi sonrisa fue apagándose cuando me di cuenta de que no era una caída más.... Iba en serio. Estaba inconsciente, tirado en la calle y con un cristal clavado de un espejo roto que había en el escaparate de esa tienda. Me quedé blanca y me asusté ¿Llamo al SAMUR? ¿Pero quién les digo que es? Nunca le pusimos nombre... De repente veo que sus brazos comienzan a moverse, recobra la conciencia....
Entre susurros me pregunta -"¿Tú quién eres?" -
-"Soy yo, la persona del pacto, recuerdas?
-¿Pero qué me estás contando? Estás loca, estás distorsionando la realidad. ¿No ves que nos están mirando?
-¿Y qué importa?
Me gire un momento para buscar mi móvil y llamar a urgencias, me inventaría un nombre para él. Tomás, por ejemplo, es mi personaje de novela favorito. Me di media vuelta para ofrecerle mi apoyo pero ya se había ido. Quería salir corriendo y buscarle, golpearle para que se volviera a desmayar y resucitara con memoria pero llegaba tarde y no me dejó de repetir que no me retrasara.

Empezaba a las 22:15 y ya eran y media. No me sentí una más. Tú me convertiste en diferente el día que me estrené contigo en ese escenario cantando. Comprendiste las palabras de Lennon que te intentaba trasmitir. Sí, eres normal pero la respuesta es sí, es un alago. Eres real y rozo la tierra. Resucité entre los muertos el día que me subí a ese coche sin conocerte. Me rodeaban rostros desconocidos pero tus dedos clavados en mi rodilla consiguieron que olvidara mis eternas dudas.

Dejé de creer en dios cuando llegaron los regalos de la comunión. Ahora sólo le pido a la luna. Cuando me acuesto miro el cielo por si pasa alguna estrella fugaz y desear con todas mis fuerzas no volver a soñar esa noche. Es sólo ficción y el peligro es confundirlo con la realidad. 

Nuestro todo está formado por una unión de almas; nuestra parte, es la esencia.

martes, 1 de junio de 2010

De nuevo en casa

Hoy he vuelto a sentir.
Ya distingo el sonido de los pájaros que cada mañana llamaban a mi ventana despertándome con sus canciones y que hasta ahora ignoraba.
Ya escucho la música, percibo los colores, huelo el polen y saboreo el aroma que desprenden las notas que colorean nuestra historia.

lunes, 31 de mayo de 2010

Movimiento

Qué sorpresa me he llevado esta mañana al ver que la brújula indicaba que me encontraba en otro lugar. Me he movido y no ha sido la tierra soy yo. Sobraban horas... Estos cuatro últimos días han durado meses... Cuento los kilómetros que te faltan para volver a mirarte y volar. Ya estoy preparada para subir a las alturas. Esta noche seré yo quien te reciba con las alas abiertas. He guardado la ropa de invierno y se me ha olvidado poner las bolsitas antipolillas.
Gracias por no dejar que el tren arrancara y esperarme en la misma estación donde te dejé por última vez. Ya llego. Estoy subiendo. Te veo.

domingo, 30 de mayo de 2010

No tocar: PELIGRO

Prefiero el dolor que tu silencio. Dejar la puerta abierta es tu única salida de emergencia para seguir huyendo. Sólo hablas si te obligo y ahora te invade el miedo a escuchar tu propia voz. El sonido de mi portazo retumbó. Tienes que entenderlo. Las motas de polvo no me dejaban ver con claridad. Por eso te regalé por tu cumpleaños ese libro dedicado. Para que pudieras refugiarte en ese escenario que algún director pintó para tí. Te rendiste y te fuiste. Yo me escondí en el laberinto y ahora que por fin veo la luz regresas a buscarme. Yo sólo quiero palabras y tú sigues frente a mí sin articular ni una. Me miras, tiemblas y sudas. Te observo y recuerdo que antes de que se te olvidara hablar me dijiste: "si siento, huyo". Has cumplido tu promesa y ahora es tarde para comprenderte. Ellos nos conocen pero guardaremos el secreto para no darles la razón. Ante sus ojos fingirimos ser dos soldados que combaten en el mismo bando. Nos disfrazaremos con el chaleco antibalas y nos seguiremos cubriendo y defendiendo de los misiles de los enemigos. Tu amuleto decora la pared de mi chimenea y ayer me dijiste que lo cuidara, porque su dueña, a partir de hoy, voy a ser yo. Has elegido camuflarte en tu casa y rodearte de penumbra. Es lo único que alivia a tus letras. Esa electricidad de la que hablas te impide deslumbrar. Mis heridas de guerra ya cicatrizadas me impiden regresar para descifrar tus cógidos encriptados. Has llegado tarde y ahora tus palabras retumban más fuerte que mi portazo.
Tomados de las manos nos pusimos a llorar. No hay nada que hacer: es el final.