miércoles, 30 de junio de 2010

Los 600 segundos más largos...

No sabía si era anómalo que aquella máquina empezara a sonar. Era la primera vez que me lo hacía. Nunca me han gustado esos uniformes blancos que le pedía a los reyes que me trajeran para jugar a auscultarnos con el vecino de al lado. "¿Cuántos años tienes?"-"27"-"Todo bien". Las mismas palabras que resonaron durante meses en mi cabeza cuando nada funcionaba. Lo leí mientras me mandaban a otra sala. "No te vayas todavía. Te esperan en el cuarto de al lado". Cuando salí de aquel edificio vi que sólo habían pasado 10 minutos. 600 segundos que invertí en amortizar mi tarifa plana con la poca respiración que me quedaba. Me ahogaba pero todo bien. Pasara lo que pasara, siempre he hecho lo que he querido y no me quedar con ninguna palabra en la boca. Me dio tiempo a cerrar la entrevista de hoy y a ponerles la carne de gallina mientras relativizaban. Intenté relajarme pero estaba muerta de miedo. "¿Ya?". Por fin mi turno. Entre risas hice uso de mi peculiar humor negro. "Son sólo 6 milímetros". ¿Qué significa eso en un cuerpo que apenas supera ya los 55 kilos? Y viniste para regarme, aunque no mis hojas, como otras veces que plantas sobre tierra. Por primera vez bajo tierra para que no viera y protegerme de lo que hay fuera. Sin semillas podridas, volverán a nacer. Florecerán. Lo sé.

lunes, 28 de junio de 2010

Gracias. Lo siento.

El reflejo de la luna llena nos convirtió en dos lobos desatados por la ira. "Continuará" -nos dijimos la última vez-. Me equivoqué una vez más pensando que el tiempo se encargaría de cerrar el episodio. Semana de intensidades ocultas desenterrada en el desgarro de la noche. Sólo buscabas mis ojos para arrancármelos. Placaje: desangrados y reconstruidos. Te rodeé de manchas que viniste a limpiar. Me subí a ese coche y no logré reconocer las calles vecinas. No llegué. Me metiste en tu agujero. La partida de rugby interrumpida continuó y y a medida que perdía, más indefensa me sentía. Intercambiamos golpes pero no tuvimos que lamentamos bajas. Cuanto más pequeña me hacías, más te gustaba. No. No es amor.
Por eso andamos hacia mi casa ese día. Tú, diferente; yo, especial contigo. Tú y yo rodeados de permanente felicidad compartiendo segundos y palabras que invento, dándoles significado. Ahora al oirte pronunciar lo que no quise escuchar le entiendo porque yo le dije lo mismo y él tampoco me oyó. Pesa... ¿Podré borrarlo si llega a ocurrir? Tú no me lo has reprochado. Me subí al vagón sin remordimientos.No sabía que era tan fácil ser feliz. Cerramos los ojos para mirarnos y los abrimos para no vernos cada uno en su rincón. Fue un desastre. No llegaste puntual pero llegaste a tiempo para volver a bailar bajo la lluvia. Empapados, sin paraguas y sin secador pero contentos ajenos a la oscuridad de la tormenta y saboreando la paz entre risas de absurdas historias de ranas. Disfrutamos introduciéndonos en nuestros pensamientos y acertamos adivinanzas. La complicidad es la forma que tenemos de entendernos. Colocaste mi mano sobre tu pecho y la tatué mientras dormías. Mi olor te pone a salvo. Me leíste la mente y regresaste. Nos resguardamos.La claridad insonoriza el ruido de la tormenta. Abre las alas y vuela. Vete... Nuestras mentes volaron al anochecer y no han vuelto al amanecer. Hoy, me voy con sabor agridulce esperando tus brazos.   

jueves, 24 de junio de 2010

Desde África sin skype

Cuando sonó la voz de Robert Smith despertándome, pedí con todas mis fuerzas cerrar los ojos y ocultarme entre las sábanas. Mi inconsciente intuyó que no sería un Gran Día. Última grabación de esta semana y los datos bailan en el aire. Seguro que el guión volvería a cambiarse cuatro veces y la última, entre gritos, antes de empezar a grabar. Pierdo el metro, el tren y llego tarde por segundo día consecutivo… Va a resultar que no soy tan asquerosamente puntual… Después de un salto apoyé mis piernas contra el suelo y… mierda! La izquierda…. Confirmado: esta vez mi consciente sabía que no iría bien. Todas son caras largas a mi alrededor así que la mía tampoco llamaba la atención. Es justo lo que necesitaba…. Energía negativa para sumarla a la mía. Mis gritos y saltos de fondo por falta de tiempo no se entendían entre los del resto….. 3,2,1 tranquilidad…. Todo está en su sitio y hoy va Ella con la última versión. Da igual que no hayan incluido las imágenes, el contenido esta íntegro. Paz y aburrimiento después de sobredosis de adrenalina. Para no dormirme adelanto lo previsto para la semana que viene pero no puedo concentrarme. Estoy desinspirada. El tren llega rápido, hay aire acondicionado, me gusta lo que leo… Gira el rumbo… y parece que a mejor… El timbre de abajo interrumpe mi soledad y sí!! Por fin ha regresado al mundo!! Hacía tanto que no la veía... Pasara lo que pasara, ya era feliz. Da igual si no escribe. En realidad fueron pocos días y el olvido a corto plazo es más fácil. Si le hubiera visto estaría empapada de lanzarme al mar, sólo faltaba un día. Además soy la mujer de hierro ¿Verdad? Aunque me quité el disfraz de guerrera por unos días ¿Ves cómo íbamos a necesitar la espada? Siempre hay algún malhechor por el camino que te intenta robar lo poco que te dejaron. Fueron capaces de que desconectara de lo que tenía que escribir al día siguiente, una mezcla perfecta con el equilibrio mental y corporal que me dejaron las clases donde aprendemos aplicar las técnicas del método Alexander. No sentía nada. Casi todos los miércoles mis piernas se mueven por inercia. Mi cuerpo relajado levita incluso subiendo las estrechas escaleras de mi casa. Y cuando estaba lista para cerrar la jornada en el mismo colchón donde la había empezado…. Suena The Passenger… Llamada. Ni se me pasó por la cabeza que fuera él… y no era. Miré el móvil y no podía parar de reír. Hacía pocos días que no sabía nada de ti… normal… nos separan miles de kilómetros… Eres increíble. No me saludaste ni con un “hola o qué tal”. Ponte el Skype!! ¿Me llamas desde la otra parte del mundo para pedirme que me ponga el Skype? La distancia entrecortaba tus palabras y me asomo a la ventana y fuegos artificiales en pleno centro de Madrid anunciando la noche más larga ¿Qué mejor forma de terminar el día que con quién empecé a vivir intensamente? Fue el primero en todo. Hubiera vendido mi alma a cualquier precio por asomarme y ver que 10 años después, seguirías marcando mi número de teléfono de forma habitual. El primero en escuchar mi te quiero que sólo he sido capaz de utilizar dos veces más y mal. Sellamos metas jugando con mi escayola en la piscina o nuestro primer trabajo en Londres rodeándonos de micrófonos en el Rey de las hamburguesas. Lo has conseguido. Hoy estás en la cúspide. Fue la primera vez que te vi llorar. Yo sin embargo, intercambié la lluvia de Inglaterra por mis ojos. No volvimos a ser los mismos y yo nunca volví a tirarme de un coche en marcha. Ya no éramos dos niños. Habíamos crecido. 18 años después, podemos decir orgullosos que estemos donde estemos, estamos. Ni en la distancia de los primeros meses separados, dejamos de ser esos misteriosos amigos.

miércoles, 23 de junio de 2010

And it makes me wonder…ohhh ooh



And as we wind on down the road
Our shadows taller than our souls
There walks a lady we all know
Who shines white light and wants to show
How everything still turns to gold
And if you listen very hard
The tune will come to you at last
When all are one and one is all, yeah
To be a rock and not to roll

Desde que me fui no había vuelto a escucharla y de eso ya hace tiempo. Justo desde que empecé a sumar días. Me he despertado bailándola y cantándola bajo las gotas de la ducha. No me la cantabas. Yo la interpretaba pero bajo los acordes de Jimmy Page. Si me das mi disco duro, te la devuelvo. Todavía no me he comprado el ordenador. Cuando restaba, por si volvías; ahora, por dejadez. Ya no recuerdo el videoclip que grabamos y editamos con imágenes consideradas hoy censurables. No apareces en la letra ni en las sombras. Siento el agua y me muevo al compás de las gotas. Planta tu escalera hacia el cielo. Obvia la retrospectiva de nuestros ojos tatuados aún en tu espalda. Coge la goma, borralas. Es más fácil en blanco y negro porque no dejan huella. Muévete. Hace tiempo que marcaron la salida y continuas sin pedalear. Tic-tac-tic-tac.... Los días pasan. Te distancias del pelotón. Sígueles o perderás. No me persigue tu cara ni tu voz plagada de reproches en letras de interminables noches. Bailo, rio, siento y salto. Seca esas lágrimas. Las necesitarás. Antes de irme me aseguré de dejarte la cuerda que nos unía tirando hacia ambos lados. No logramos equilibrarla. Mira el cajón de la mesilla. Ahí encontrarás la solución de los jeroglíficos descifrables que llevas tiempo buscando. Tus preguntas tienen respuesta. Sólo tienes que recuperarla, observarla y tirarla al fuego justo a las doce, ya será San Juan y ahí también se celebra. No te tortures. Sigue las instrucciones y el cajón estará vacío. Se resistió a cerrarse y aunque lo intente, para no dejarte en el olvido, el calor ha hinchado la madera y no logró abrirlo.“Te debo un baile, no una explicación”. Vuélvela a escuchar y disfrutala.

lunes, 21 de junio de 2010

Un día más

Regresa con tus manos abiertas y aprieta las mías con rabia para sentirte cerca. Rompe tu silencio. Grita. Patalea. Deja de torturarte. No puedo desprenderme. Lanza todo lo que guardas sin digerir. Si me arrepiento, mis palabras volarán con la evidencia. Mi instinto animal me ha arrastrado hacia tu escondite. Lo tenías guardado bajo llave y ha vuelto a suceder. Te he escupido con mi lanza salpicándome. Me esfuerzo. Lo intento. No puedo: llueve... Hablas. No escucho. Cuelgo. No comprendo tu idioma. Traduzco, recapacito, respiro.... Sólo era 1 minuto. Sólo 60 segundos.... No pintaré tu mente inocente de egoísmo.

Muévete y gírate. Estoy aquí. Dejo mis cinco sentidos fluir. No me escondo. Justo detrás de ti.

sábado, 19 de junio de 2010

Destellos desde el Faro

Impaciente espero colorear tus páginas en blanco. No te he etiquetado. Disfruto perdiéndome entre tus hojas y ahogarme entre palabras dándoles un único sentido interpretable. Ya no existen los días bizarros ni la pérdida de control del festival finito. Veo las señales que mandan desde el faro. Me gusta la luz que rompe la oscuridad de la noche. Regocijo de las olas que transportan mi cuerpo sin olvidar mi alma encontrada. No tengo prisa. No olvido. Puedo mirar atrás sin contaminarme del chapapote de la marea negra que he dejado pasar. El faro ilumina mi espalda y aunque salga de la barca para disfrutar del agua salada sobre mi cuerpo desnudo, floto y no me hundo. No es levedad, es el peso de los destellos, el que me orienta. Estoy aprendiendo a nadar. Interpreto los signos. No dejes de tocar esa canción. El mar me conduce hacia las notas de nuestra banda sonora. Ya llego.

viernes, 18 de junio de 2010

Dos en UNA

No sigas, cállate. Conozco esa expresión. Sé la frase que vas a pronunciar. El abrazo que nos vamos a dar. Distraigo la mirada para no ver esos gestos que no soporto y me concentro con esa canción para no escuchar más. Eres yo. Yo soy tú. Parto en dos el espejo cada vez que los reconozco para corregir el reflejo. Ser de nuevo yo… Suspiras porque no entiendes. No comprendo. Agujereo el suelo con patadas y continúo sobre tierra. Es inútil esconderse y plantarse. La materia que un día decidiste calentar usando ese molde tiene tú forma. Tú la creaste soltando la correa para que aprendiese a gatear. Fuiste testigo de mis primeros pasos. Me costó soltar tu brazo para no caerme y ahora me tiras al viento para que vuele. Me pierdo y me encuentras. Qué alivio… nunca nos hemos movido. Nos forma la misma esencia. Si te cortas, sangro contigo; si ríes, se abren mis pulmones. Respiro. Estamos aquí y no caduca. Sigues siendo yo, sigo siendo tú. Nuestro amor es perenne. Dura toda la vida.

jueves, 17 de junio de 2010

VIVO. No sobrevivo

Oscurece pero sigues siendo el Día. El fin no llega mañana. Vivir al límite, como si no existieras… Desenreda los alambres de la frontera que hieren nuestras pieles. Es un sueño que supera realidades nublando la enemiga superficialidad. Te fascina. Se te van las horas estudiando en mi anatomía cada lunar o señal buscando tu identidad que te distinga del resto. Es ficticio. No existe. Se va con el tiempo y se pudre. Son arrugas, experiencia y sabiduría: la esencia persiste. Sumérgete en mi interior. Si me buscas, lo ves. No te asustes, sigue, indaga... No demuestres cobardía, se huele. No huyas ni te rindas dejándoles ganar. Aprovecha la ventaja. Estamos en el punto de partida y no hay carteles de salida. Ya no sobrevivo. VIVO. No voy a arreglar el reloj de la cocina.

Te mueves al ritmo de las nubes que observábamos bajo el escenario que algún director diseñó en forma de ventana. Te has marchado. Has desaparecido con ellas. El sol da la bienvenida al nuevo día que suma. Recorro cada rincón buscando la oscuridad y la niebla que dejaron antes de moverse pero el tiempo se acaba. Mañana suben las temperaturas y viajarán a otro lugar formando ciclones. No sé dónde estarás ni qué tiempo crearás. Avanzo mirando atrás sin mi paraguas rojo para volver a sentirte. Sé que andamos para buscarnos aunque no nos encontremos. Nos aseguramos de clavarnos nuestros ojos en las profundidades. Llevo días sin comida, con la nevera vacía. A ti no te gusta cargar. No lo reprocho. Sigo repostando fuerzas, incapaz de tirar. Fluyo sobre nuebes. Sí pero me aguanto. Lo entiendo. Vivo en un quinto sin ascensor.

martes, 15 de junio de 2010

Viento.....

Volvemos a unir nuestras manos. Tus dedos no dejan de apretar los míos y me crujen los huesos del dolor que hasta ahora no sentía. Me miras y viajo. Me pierdo…. ¿Me ahogo y me pides perdón? Me aburren las palabras heredadas del dichoso cristianismo y no dejas de pronunciarlas.
Me olvidé del reloj. Hoy ha vuelto a salir el sol. No recordaba el calor que desprenden los rayos que me deslumbran impidiendo ver la luz. Prefiero la oscuridad de la lluvia convertida en nitidez. Existe. Yo la vi.
“No quiero que te apuntes ese triunfo” -10 segundos de silencio. Paréntesis (…)- Me coges, me sueltas y no me dejas marchar- “pero me encantas”. Necesito correr para sentir el viento. No hay ganadores ni perdedores. No se juega con las vidas. Sí, tengo que aprender a relativizar y a callar. Tú a hablar.
Inventar pensamientos ajenos pesa. Mi transparencia me impide reír. No tiene gracia. No intentes descubrirme ni cargar tu mochila con mi espada defensiva. Dejé de prestarla. Pocas veces duermo sin abrazarla. Ser mudo dibuja mentes en blanco y negro que borra el viento a su paso. No justifiques mis colores ni cosas todos nuestros errores. Somos arquitectos emocionales, no destructores.
Me espías porque lo sabes. Me observas. Alargo el tiempo. Mis palabras se entremezclan. Me voy. Me giro. Regresas.

Cierro los ojos para mirarte. Los abro para no verte.

lunes, 14 de junio de 2010

Bailando bajo la lluvia

Las predicciones meteorológicas han vuelto a fallar. Desde que ha despegado el avión no deja de acompañarnos esta maldita lluvia. Con la nueva reglamentación no he cogido la maleta para evitar facturar y en el bolso sólo llevo un bikini, un par de camisetas y un pantalón corto. Sólo son dos días. No necesito más. Cuando he bajado al portal me he dado cuenta de que se me había olvidado la protección solar pero por no subir los cinco pisos de nuevo…. He preferido comprármela ahí. Fin de semana de escapada. Dos días libres de huida y recuperación de aire. Lo que más me gusta de viajar y reencontrarme con esta ciudad es que por más que la piso, me siento una turista más. Siempre hay un rincón por descubrir. No deja de admirarme. El día que muera la incertidumbre no volveré a visitarla. No he traído tampoco el paraguas y por supuesto los gorros los he guardado con el resto de los abrigos.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de la lluvia. Cuando las gotas dejaban de empapar mi pelo, la echaba de menos. Me inventé hasta una coreografía para recorrer las calles plagadas de gente que cargaba su cámara de fotos para no perder ni un detalle. Me observan y miran atónitos el siguiente paso pero me da igual. Soy feliz. La frialdad que transmiten las grandes avenidas de donde procedo, me había hecho olvidar el placer de las pequeñas cosas ¿O son mis gafas de sol las que no me permiten observarlas? Las gotas de agua fría han despertado mis emociones. No hace falta irse a Nueva York para bailar bajo la lluvia.
No sé ni qué día es hoy ni qué hora es. Antes de coger el avión me aseguré de esconder el reloj en el bolso. Mi primera parada es el mercado. Es el reflejo de la sociedad y no hay mejor sitio para conocer a los habitantes de estos edificios interminables. No me había fijado antes en la cantidad de chinos que hay por estas calles. Los niños salen del colegio con sus mochilas y juegan a policías y ladrones en la plaza de al lado. Recorre un escalofrío en mi cuerpo. Sus caras me recuerdan a cuando era niña y se me olvidaban los deberes… temía volver al colegio el lunes y hasta era capaz de ponerme enferma para no ir. Debe de ser tarde porque está oscureciendo pero no me apetece regresar al hotel. Todavía no.
Me pierdo por los laberintos del zoco. Es aconsejable recorrerlos con un guía para no perderse pero no me apetece escuchar a un desconocido inventándose historias sobre esas calles. Me invade la curiosidad y atravieso el arco de entrada sin saber qué me puedo encontrar a esas horas. El factor sorpresa cubre los detalles que aparecen en la guía turística que ha escrito un tipo que ni siquiera se ha molestado en venir aquí. Así descubrí aquél bar ambientado en El Quijote. No era la única. Cientos de personas habían tenido la misma idea y había decidido salir a pasear para ver la puesta de sol. Ser capaz de controlar el timón me da paz y rozo la libertad.
Llevo horas andando por este lugar y las piernas empiezan a pesarme ¿Qué estará haciendo ahora? Le dije que se viniera pero tenía otros planes y quería descansar. No entendía nada de lo que me estaba explicando y me fui directa al aeropuerto. Hasta ahora no había pensado en ello. Aunque hablemos el mismo idioma es complicado entender y transmitir los pensamientos. Por eso elegí como destino la ciudad encantada. Quizás tenga razón la señora que me ha vendido estas nueces: “Tendrías que haber venido en septiembre”. “Ya”- le contesté- “pero hubiera tenido que privarme de muchas cosas por el mismo precio porque es temporada alta”.
Tal y como preveía me he perdido y cuando quiero poner el pie fuera, ya está amaneciendo. Es de día y los pájaros no paran de cantar dándole la bienvenida al nuevo día que no sé que me va a deparar. Necesita volar como ellos. No es fácil dar el salto a los aires. No nos engañemos. En el cielo también hay obstáculos pero hay que chocarse con las estrellas para vivir esa sensación. Yo estoy harta de experimentarla. No puedo cortar alas y arrastrarles para que sólo canten en mi ventana. Ya le costó bastante aprender a no tropezarse y abrir sus alas cuando volvió a nacer. Reteniéndole regresaría a lo alto y en dirección contraria. Sólo quiere piar ajustando las cuentas pendientes del pasado. Yo soy presente ¿Y qué hago yo en las alturas tan lejos de casa? Caerme sin dirección y sin paracaídas a sus brazos para pedirle que agujeree mi cuerpo con el cuchillo que guardó bajo llave y meta un imán que me impida moverme del suelo donde paseamos y dejamos la marca de nuestros besos decorando las paredes. Hoy puedes sacar tu espada.
Ya no soy la misma que ayer ni antes de ayer. Tampoco la que seré mañana. Lo que no ha cambiado desde que llegué es la lluvia. Cada vez me gusta más el sonido que deja en la ventana, un efecto especial que los de arriba han decidido incorporar para hacer la película que voy creando con las imágenes que voy grabando en mi mente. Cierro los ojos y hay color. Aunque no esté ahí te he guardado un trozo de esa empanada que te encanta. No tenía hambre pero he comprado dos porciones. El dueño de la tienda me ha prometido que se conservará hasta mañana. La envuelvo bien y la meto entre la ropa para que no se estropee. Llamo a recepción para preguntar la hora y otra vez se me ha hecho tarde. Corriendo al aeropuerto. Durante el trayecto intento descansar pero no consigo dormir pese a las horas acumuladas que llevo de sueño. Se han quedado sin mantas y el aire acondicionado tan fuerte, impide que pare de tiritar. Encima hay turbulencias y siempre me han dado miedo las alturas. Me mareo e intento ir al baño. No sabía la cantidad de formas que hay para expresar ese momento…. La que más me ha gustado ha sido la de la mano en la nariz. Anuncian que estamos a punto de llegar, que nos abrochemos los cinturones. 30 grados. De vuelta a Madrid. El sol ha escondido las nubes que provocan las tormentas. Ha dejado de llover. Antes de poner el pie en tierra vuelvo a cerrar los ojos. Escucho música. Regresa el color y vuelven las secuencias que dan sentido a las imágenes que no dejan de recorrer mi cerebro. Ya tengo la banda sonora.

viernes, 11 de junio de 2010

Equilibrista

No hay voces susrrando
¿Por qué dices sí cuando piensas no?
Nadie te ha preguntado.
El silencio se rompe
¿Por qué contestas con duda, Verdad Tintada?
Ansiada Paz.... Cuánto has tardado en llegar....
¿Después del infierno hay cielo?
Se oyen murmullos.
Manía especial te tengo, Locura.
No abandones las llamas que nos hacen levitar.
Sentada te observo. Me detengo. No entiendo.
Caen gotas de mi cuerpo ¿Ardes o tiemblas de frío?
Templada busco el fuego que no me das, para evitar quemaduras y heridas.
Envuélveme de pasión y no me pidas perdón.

miércoles, 9 de junio de 2010

Familia numerosa

Me pasé casi 10 años hablando con aquellos personajes imaginarios. Inventé una vida para cada uno de ellos. Es lo que tiene ser hija única. 17 años después, tiene diferentes nombres pero existen. Somos 5 hermanas: 2 son reales, compartimos la misma abuela y los mismos genes. Una sigue siendo la pequeña. La mayor, ahora es la mediana. Yo soy la mayor; la otra es mi alma gemela, nacimos hasta el mismo día y me protege siempre. Yo la llamo a cada paso que doy. Soy la pequeña; la siguiente es una mezcla de ficción y realidad. Es mi espejo del alma. Por eso se pasó tantas horas en el paritorio después de que la llevarán con el resto en un 600. Tardé pero salí. Todavía conserva ese mechón blanco, el primero. Es una nueva etapa. Estamos en constante evolución. Necesito adaptarme ante la nueva situación. Tú restas años, yo en cambio sumo. Me gusta tu sonrisa, tu cara siempre reluciente que disfrazas al salir para esconder tus lágrimas. No estás sola. Nos separan pocos años y nos encontramos en el mismo punto. Compréndelo, sólo necesito adaptarme. No es un paréntesis porque siempre estás ahí. Lo sé. Continúo cultivando tu cariño para que florezca con fuerza. Aunque ahora riegue el jardín con nuestras lágrimas, siempre serás lo más importante. Sólo cuando no hemos estado aquí hemos dejado de hablar.
Flik-Flak, Tachu-Ellas, Lois y Clark, Zipi-Zape, Thelma Y Louise…. ¿Por qué etiquetar si no tengo carné de familia numerosa? No importa si no hablamos cada día ni nos vemos más de un día a la semana. Seguimos en el mismo colegio, en la misma ciudad, en los pasillos de la universidad, en ese bar donde nos despedimos, en los corrillos donde compartimos tantas horas robándonos la mejor frase para empezar nuestra crónica o en esa guardería donde nos criamos. Es lo que más me gusta de ser de pueblo. Estemos donde estemos, crecemos cada día en nuestras mentes. Ese sitió nos unió y nunca nos ha separado. Me han convertido en el Yo que formo hoy, en el nosotros. Por eso dejé de desear soñar. Cada dedo de mi mano está sujeto a sus manos para no perdernos durante el viaje. Son realidad, verdad, transparencia, autenticidad…. Se mueven y rotan en la tierra pero nunca pisan. Sobra un meñique y un pulgar pero no quiero más. Dos madres, dos padres, varias abuelas,vosotros... Formamos una familia numerosa.
Sois el contacto exterior de mi mundo interior.

lunes, 7 de junio de 2010

Billete de ida

Nooooo!!!! No puede ser!!!! Me he confundido otra vez ¿Cómo puedo tener tan mal sentido de la orientación? Esto no es Valladolid, stoy en Madrid y hoy no es ayer. Ya ha empezado junio. La próxima vez compraré el billete directo. Tengo descuento del AVE pero hace poco que existe este trayecto y el taquillero sin preguntarme, me ha vendido el billete del tren turístico que para en estaciones. Me he ido hasta Guadalajara para volver a Madrid. Llegaré a las 20:00 en vez de a las 17:00. Me he quedado dormida a mitad de esta película horrible que tantas veces me han puesto. Me sé los diálogos de memoria y el final es predecible pero cuando me he despertadoeran las 18:30. Encima me he quedado sin cobertura. Intento concentrarme para que sepas que llegamos con retraso pero hay demasiado ruido. La pareja de al lado no deja de quejarse y luego me entero que piensas lo predecible. Normal, yo también hubiera vuelto a casa. Me voy a la cafetería para beberme una coca-cola y quitarme la misma cara de susto que cuando me levanto de la cama con el rimel corrido después de una noche de descontrol. Al volver me para y me dice que me reconoce. Al final le tengo que dar la razón. No respetó la distancia de seguridad que separa un asiento del otro. Lo peor es que nunca me han gustado las imposiciones y en vez de gritar, llamar al revisor o pedir la hoja de reclamaciones me dió por reir. Me entró tal ataque de risa que nadie comprendió que en realidad pedía auxilio y claro, el resto de los pasajeros ni se inmutó. Se bajó en la siguiente estación y no pude denunciarle. Seguro que al hacer ese mismo camino cada semana y resultar su rostro familiar le darían la razón. De repente miro el reloj y ya son las 19:30. Sólo queda media hora y estoy ahí. De vuelta a mi asiento le llamo con número oculto para que no escupa contra mí y cuando escucho tu voz se apaga el móvil. Esta vez la batería. Bajo la maleta para buscar y estrenar el enchufe del cargador pero con tanta ropa complicado. Cuando ya por fin desenredar el cable que se había enganchado en la cremallera del neceser. Menos cinco. La gente se empieza a avalanzar sobre mí para ser los primeros en tocar tierra firme y tengo que abortar misión. Cierro la maleta, vuelvo a colocar la ropa y salgo la última con una sonrisa. Por fin estiraba las piernas. Me fumo un cigarro y aunque llegaba 3 horas tarde. Observo todas las caras por si todavía una me llevaba hasta la suya. No estaba ¡Qué pasa con mis hoyuelos?? Mi poca melanina desaparece y de blanco paso a ser amarilla. Me empieza a picar la espalda y una señora se detiene observando mis omóplatos:
-"Creo que a usted tampoco le ha venido bien el polen"
-"señora, no me llame de usted. Tengo 27 años y no me miré así porque sólo él me pone la espalda colorada y no ha venido"
-"No quería ofenderte, pero de verdad... ponte esta crema. No tiene buen aspecto"
Me voy corriendo. Quiero llegar ya al hotel. lo primero que hago cuando entro en la habitación es cargar el móvil. Suena la canción de Manos de Topo: 2 llamadas y un mensaje:
-"¿Dónde estás?"
-"Eso me gustaría saber a mí. Supongo que buscando a Walt Disney para comer perdices"
-"Vamos a buscarte. Al final necesitábamos aire"
-"Estoy aburrida de estar en el vagón, pero bien"
-"Estábamos esperándote en el vestíbulo y ha aparecido..... No entendemos nada
-"Yo tampoco. Debería haber llegado ya. Lo único que sé es que hay una vía y no nos ha adelantado el tren de alta velocidad.
-"Seguro que no has pedido tú ese billete?"
-"Seguro. Pero si no vendía suficientes billetes le echaban al paro y me daba pena...... "
-"Pero si no le conoces....Piensa más en ti y en las horas que hubieras aprovechado. Ya no llegas a la cena pero sabes que nadie se va a sentar ahí. La mesa es de cuatro y está a nuestro nombre"
-"Lo sé. Os he ehcado de menos"
Salgo a dar un pase para que me dé el aire y un grupo de chicos no deja de perseguirme diciéndome burradas. No me hace ni puta gracia. Debajo de mis tetas hay un órgano que se llama corazón y que no deja de latir examinando sapos que aspiran convertirse en príncipes.
Regreso al hotel vestida de guerrera dispuesta a matar, y afilo mi espada ansiosa a que alguien acepte el duelo. Entro y allí estaba esperando quieto en mi cama sin juzgarme por no haberle avisado.
-Ssssshhhhh". me tapa la boca y... "no digas nada. No puedo quedarme esta noche pero sé que no tenías cobertura. Yo no tenía batería y no quería insistir. Cárgalo esta noche. Mañana te esperaré. Fluye.... deja de torturarte. No hay ayer ni mañana sin hoy. ¿Estoy aquí no?"
-"Yo también estoy aquí. No lo olvides por favor. Aunque te diga que estás en tu derecho, que lo entendería, no lo hagas".
-"Buenas noches. Descansa. Buenos días".

viernes, 4 de junio de 2010

En busca del alma perdida

Hacía días que no leía sus líneas. Le espié, le escuché y me descubrió recién salida de mi rincón. Esquivando obstáculos y prueba final. 

Del frío al calor sin pasar por la primavera. Me distraigo con sus palabras, pongo al sol mis neuronas y me inspira con sus canciones en el cuarto de al lado. De vez en cuando asomo mi cabeza para aprobar con notable alto sus notas pero percibo que acelero su ritmo cada vez que aparezco y sigo escirbiendo. A mí también me da verguenza después de lo injusta que fui. Me contagió sus malas vibraciones y transmití mi energía más sombría. Ha escondido bajo llave el cuchillo que estuvo a punto de destruirnos la pasada noche.

Me impactó ver a ese vagabundo tirado en la acera de esa calle que tanto solía pasar cuando me mudé de las afueras al centro de la ciudad. Se acababa de resbalar y aprovechó ese aterrizaje forzoso para sentarse. Esa mirada es lo más cerca que he estado de la muerte en los últimos meses. Rozaba el mundo de los que ya no están aquí.... Bebía cerveza y ni se inmutó de que le estaba observando en cada uno de sus movimientos. Se le marcaba cada uno de sus huesos electrificados. Tuve la tentación de recogerle, arraparle y abrazarle; susurrarle que todo bien, que no se preocupara. "Estoy aquí. Ya he llegado Preguntarle "¿Qué te ha pasado? ¿Cómo has llegado hasta aquí?". Demostrarle a gritos que es posible despejar el camino de las espinas, bailar con él bajo el sol para que sus ojos volvieran a brillar, enseñarle los colores de las flores que ya han dado sus primeros frutos. Ya no es hora de mojarse entre lágrimas ni lamentarse del atajo que escojimos lleno de captus. La autopista es más cómoda pero es aburrido conducir por asfalto. Si hay piedras se quitan pero caminar descalzos pisando el suelo lleno de escombros que nos marcan los pies de cicatrices, es autolesionarse (...) . Me acerqué un poco más a él clavando mis ojos en su rostro para conectar mi mente con la suya y transmitirle mis pensamientos. En ese instante supe que nos habíamos visto antes ¿Cómo era posible que hubiera cambiado tanto? Me costó reconocerle pero ya no tenía dudas. Era él. Él seguía sin recordar.... Yo continuo con la mirada del alma perdida clavada. De repente intenta levantarse de su rincón y veo a cámara lenta cómo al intentar incorporase vuelve a caerse. Intento recogerle pero cuando mi mano roza la suya, ermpieza a insultarme y a repetirme una y otra vez que estoy loca, que sólo se ha resbalado, que la culpa la tiene el vecino de arriba por regar a esas horas
- "¿Estás insinuando que no valgo por mí mismo?", me preguntaba....
-"Admiro su seguridad"-le repliqué. "Yo puedo con todo y no necesito a nadie. Por eso vivo en la calle. Sois todos unos mierdas. Jodida sociedad y jodido sistema".
-"Mentira. Estás compartiendo la calle con todos los que pasamos, formas parte del sistema te guste o no.
-"¿Quién te crees que eres para robarme mis palabras? Sólo quieres joderme el día"- me contest-.
Pocas veces me ha tratado así un desconocido. Fue precisamente eso lo que me atrajo de ese misterioso hombre. Me dejo llevar demasiado por las señales. Reto igual a emociones fuertes. Le demostraría a toda costa que sus afirmaciones no eran ciertas. Todo valía. No había normas. No fue fácil pero aceptó.
-Con dos condiciones- replicó. "Lealtad y siempre prevaleciendo el nosotros a las circunstancias. ¿Lo tomas o lo dejas?"
No entendía nada pero "trato hecho".
Dos minutos despúes se le cayó el periódico a una señora que pasaba ahí y claro.... con lo torpe que soy me fató tiempo para besar el suelo. Ni se acercó para ayudarme pero no se lo podía recriminar. No formaba parte del acuerdo. Además yo era invencible ¿No? Cuando casi estaba de nuevo en pie me sujeté en su hombro y boom...... su cuerpo arrojado en el suelo.... 2-1, pensé.
-"Al final vas a ganarme" le dije entre risas pero mi sonrisa fue apagándose cuando me di cuenta de que no era una caída más.... Iba en serio. Estaba inconsciente, tirado en la calle y con un cristal clavado de un espejo roto que había en el escaparate de esa tienda. Me quedé blanca y me asusté ¿Llamo al SAMUR? ¿Pero quién les digo que es? Nunca le pusimos nombre... De repente veo que sus brazos comienzan a moverse, recobra la conciencia....
Entre susurros me pregunta -"¿Tú quién eres?" -
-"Soy yo, la persona del pacto, recuerdas?
-¿Pero qué me estás contando? Estás loca, estás distorsionando la realidad. ¿No ves que nos están mirando?
-¿Y qué importa?
Me gire un momento para buscar mi móvil y llamar a urgencias, me inventaría un nombre para él. Tomás, por ejemplo, es mi personaje de novela favorito. Me di media vuelta para ofrecerle mi apoyo pero ya se había ido. Quería salir corriendo y buscarle, golpearle para que se volviera a desmayar y resucitara con memoria pero llegaba tarde y no me dejó de repetir que no me retrasara.

Empezaba a las 22:15 y ya eran y media. No me sentí una más. Tú me convertiste en diferente el día que me estrené contigo en ese escenario cantando. Comprendiste las palabras de Lennon que te intentaba trasmitir. Sí, eres normal pero la respuesta es sí, es un alago. Eres real y rozo la tierra. Resucité entre los muertos el día que me subí a ese coche sin conocerte. Me rodeaban rostros desconocidos pero tus dedos clavados en mi rodilla consiguieron que olvidara mis eternas dudas.

Dejé de creer en dios cuando llegaron los regalos de la comunión. Ahora sólo le pido a la luna. Cuando me acuesto miro el cielo por si pasa alguna estrella fugaz y desear con todas mis fuerzas no volver a soñar esa noche. Es sólo ficción y el peligro es confundirlo con la realidad. 

Nuestro todo está formado por una unión de almas; nuestra parte, es la esencia.

martes, 1 de junio de 2010

De nuevo en casa

Hoy he vuelto a sentir.
Ya distingo el sonido de los pájaros que cada mañana llamaban a mi ventana despertándome con sus canciones y que hasta ahora ignoraba.
Ya escucho la música, percibo los colores, huelo el polen y saboreo el aroma que desprenden las notas que colorean nuestra historia.