jueves, 27 de mayo de 2010

24 horas no son suficientes

Tenerlo tan claro desde que tenía uso de razón es lo que ha marcado esta vida intensa que rodea cada una de las horas del día. Tic,tac,tic,tac... pasan los segundos y necesito más y más.... La adrenalina que me embriaga no es suficiente.... No es fácil ser patrón de un barco sin rumbo. Nuevo día y giro el timón 180 grados. Componer frases me hace cada día más feliz y este estado supuestamente desconocido me asusta. La mente no descansa buscando nuevas historias que contar. Convertirme en ermitaño temporalmente bajo este valle con luz, permite que mis neuronas estén alerta. No pueden perderse ni un detalle de este nuevo viaje. Ya no las encontraréis bajo las calles de esta ciudad ilimitada porque vuelven a tener dueña. Sólo una hora de lo que más tarde se ve en esa caja, ahora extrafina, son semanas de creatividad desbordada que puede desarmarse si el audímetro así lo decide. No estoy sola. Entre descanso y descanso le puedo llamar para que me coloque en mi sitio, recoja mis alas y me ponga los pies en el suelo para pasear. Ya no me da miedo desprenderme de ese abrigo viejo. Voy a estrenar la camiseta morada de tirantes.

Autoayuda

Es lo mejor que ha escrito. Soy incapazar de darle al pause. Suena una y otra vez y cuando se acaba la batería, sigue retumbando en mi cabeza.


Este fin de semana os reuniréis bajo el mismo escenario cubierto de gotas de lluvia que no habéis sido capaces de frenar. Y sólo por no saludar al sol que anuncia la primavera.... Es la salida más fácil: no regar, cultivar el miedo y continuar pensando que os váis a electrocutar. A mí también me partió un rayo pero sobreviví hasta la siguiente tormenta. Puedo afirmar a gritos que lo intenté todo. Por eso empiezo a percibir las formas y los colores que empiezan a alumbrar este laberinto. Quizás tenga razón y busque la pieza que tampoco le repararon.


El tiempo pasa muy deprisa y sólo me quedan tres días para pagar las cuentas pendientes. Sólo nos queda esperar y saber interpretar las señales que ya no hablarán de prohibición. De momento seguiremos con el sombrero puesto para lucir melena el día que ya no nos sorprendan desprebenidos.


Deja de colarte entre mis sábanas. No te hemos invitado a este viaje.