sábado, 19 de junio de 2010

Destellos desde el Faro

Impaciente espero colorear tus páginas en blanco. No te he etiquetado. Disfruto perdiéndome entre tus hojas y ahogarme entre palabras dándoles un único sentido interpretable. Ya no existen los días bizarros ni la pérdida de control del festival finito. Veo las señales que mandan desde el faro. Me gusta la luz que rompe la oscuridad de la noche. Regocijo de las olas que transportan mi cuerpo sin olvidar mi alma encontrada. No tengo prisa. No olvido. Puedo mirar atrás sin contaminarme del chapapote de la marea negra que he dejado pasar. El faro ilumina mi espalda y aunque salga de la barca para disfrutar del agua salada sobre mi cuerpo desnudo, floto y no me hundo. No es levedad, es el peso de los destellos, el que me orienta. Estoy aprendiendo a nadar. Interpreto los signos. No dejes de tocar esa canción. El mar me conduce hacia las notas de nuestra banda sonora. Ya llego.