miércoles, 9 de junio de 2010

Familia numerosa

Me pasé casi 10 años hablando con aquellos personajes imaginarios. Inventé una vida para cada uno de ellos. Es lo que tiene ser hija única. 17 años después, tiene diferentes nombres pero existen. Somos 5 hermanas: 2 son reales, compartimos la misma abuela y los mismos genes. Una sigue siendo la pequeña. La mayor, ahora es la mediana. Yo soy la mayor; la otra es mi alma gemela, nacimos hasta el mismo día y me protege siempre. Yo la llamo a cada paso que doy. Soy la pequeña; la siguiente es una mezcla de ficción y realidad. Es mi espejo del alma. Por eso se pasó tantas horas en el paritorio después de que la llevarán con el resto en un 600. Tardé pero salí. Todavía conserva ese mechón blanco, el primero. Es una nueva etapa. Estamos en constante evolución. Necesito adaptarme ante la nueva situación. Tú restas años, yo en cambio sumo. Me gusta tu sonrisa, tu cara siempre reluciente que disfrazas al salir para esconder tus lágrimas. No estás sola. Nos separan pocos años y nos encontramos en el mismo punto. Compréndelo, sólo necesito adaptarme. No es un paréntesis porque siempre estás ahí. Lo sé. Continúo cultivando tu cariño para que florezca con fuerza. Aunque ahora riegue el jardín con nuestras lágrimas, siempre serás lo más importante. Sólo cuando no hemos estado aquí hemos dejado de hablar.
Flik-Flak, Tachu-Ellas, Lois y Clark, Zipi-Zape, Thelma Y Louise…. ¿Por qué etiquetar si no tengo carné de familia numerosa? No importa si no hablamos cada día ni nos vemos más de un día a la semana. Seguimos en el mismo colegio, en la misma ciudad, en los pasillos de la universidad, en ese bar donde nos despedimos, en los corrillos donde compartimos tantas horas robándonos la mejor frase para empezar nuestra crónica o en esa guardería donde nos criamos. Es lo que más me gusta de ser de pueblo. Estemos donde estemos, crecemos cada día en nuestras mentes. Ese sitió nos unió y nunca nos ha separado. Me han convertido en el Yo que formo hoy, en el nosotros. Por eso dejé de desear soñar. Cada dedo de mi mano está sujeto a sus manos para no perdernos durante el viaje. Son realidad, verdad, transparencia, autenticidad…. Se mueven y rotan en la tierra pero nunca pisan. Sobra un meñique y un pulgar pero no quiero más. Dos madres, dos padres, varias abuelas,vosotros... Formamos una familia numerosa.
Sois el contacto exterior de mi mundo interior.